Tuesday, July 31, 2012

Libertadamente Gaultier

Todos hemos oído alguna vez ese apelativo un tanto raído de «L’enfant terrible de la moda» que se utiliza con frecuencia para calificar a un sinnúmero de modelos y diseñadores —mujeres ellas, hombres ellos, salvo la honrosa excepción de Vivienne Westwood—, especialmente a los segundos. La frasecilla no atiende al decoro y habla sin acatamiento del réprobo John Galliano, del atribulado Alexander McQueen, del guipuzcoano Ion Fiz, del talentoso Esteban Cortázar, de mi paisano David Delfín, de Christian «L’enfant-Roi» Deslauriers, del renovador Marc Jacobs o, cómo no, del francés Jean Paul Gaultier.

Precisamente a este último le ha dedicado una exposición el de Young de San Francisco. «The Fashion World of Jean Paul Gaultier: From The Sidewalk to the Catwalk» estará abierta al público hasta el próximo 24 de agosto para desvelar algunos aspectos claves del ceremonial del diseñador. En mi opinión, pese a que el propio Gaultier define su marca como «alta costura para la calle», la coletilla del título de la exposición puede inducir a engaño; ya que «de la acera a la pasarela» sugiere unos orígenes más similares a los de la tenaz Edith Piaf que a los relativamente cómodos de Gaultier como alumno de Pierre Cardin. No obstante, la gloria de ambos sí que es comparable.

Jean Paul Gaultier es, sin duda, el legítimo «enfant terrible», porque decora las formas femeninas como si jugara con muñecas y se divierte enormemente al hacerlo. Para muestra, basta ver alguno de los vídeos promocionales de los nuevos diseños para ese refresco bajo en calorías universal, cuyos botellines ha vestido como si fueran mujeres. Bajo sus cuerdas, el cuerpo femenino se convierte en un lienzo sobre el que pinta la belleza en todas sus formas. Los motivos de las botellas son sus diseños fetiches: las rayas bretonas, los tatuajes y los corsés.

Precisamente, con esta última prenda de vestir, el diseñador halló el contrapunto entre la opresión y la libertad. En su colección Dada de 1983, desafió el carácter tradicional del corsé como ropa interior. El famoso corsé que diseñó para la «ambición rubia» en 1990 se convirtió en un verdadero símbolo de la irreverencia y la seducción de una feminidad exacerbada. Las figuras encorsetadas de Gaultier dan un paso más hacia la emancipación estética; son mujeres fuertes y seguras de sí mismas que se sienten cómodas en su propia piel.

Ya lo sabes, si te apasiona el estilo, la lencería, el cine, la libertad, las transparencias y todo aquello que aviva los sentidos, no te pierdas el espectáculo que se ha montado en torno al couturier-niño en San Francisco. Si, además, consideras que, al igual que un buen corsé, unos buenos zapatos de tacón embellecen las piernas, mejoran la postura y hacen que las mujeres se sientan poderosas y estilizadas, no dudes en hacerte con un ejemplar de Zapatos (o, por qué no, con un par).


Zapatos de tacón con cristales Swarovski diseñados por Salvatore Ferragamo para que Marilyn Monroe los utilizara en la película Let’s Make Love, dirigida por George Cukor en 1960.
Museo Salvatore Ferragamo, Florencia.

Mode – Jean Paul Gaultier

La mode est-elle forcément synonyme d’extravagance ?

En général pas dans la vie de tous les jours.

Jean-Paul Gaultier est une exception dans le cercle des créateurs de mode, qui a le premier voulu intégrer à ses créations les caractéristiques du monde qui l’entoure. Ce qui le différencie ? La provocation.


Botte de Mousquetaire, France, XVIIème siècle.
Musée international de la chaussure, Romans-sur-Isère.



Mule non utilisable pour marcher, cuir de chevreau noir et satin bleu ciel, petit cabochon de porcelaine, Vienne, vers 1900.
Hauteur du talon : 20 cm.
Collection Guillen, musée international de la chaussure, Romans-sur-Isère.


Depuis le début de sa carrière dans les années 70, on le connaît pour ses créations hors-normes, souvent multi-ethniques (il a fait sensation avec une collection intitulée « Barbès ») et toujours transgenres.

Ses silhouettes androgynes sont facilement reconnaissables, parées de matières brillantes et métalliques. Madonna en est le symbole parfait.

L’exposition du musée De Young de San Francisco retrace la carrière du couturier, mettant en évidence ses talents artistiques qui mélangent couture, photographie et musique.


Escarpins de Marilyn Monroe décoré de strass Swarovski.
Créé par Salvatore Ferragamo pour le film Le Milliardaire de George Cukor en 1960.
Musée Salvatore Ferragamo, Florence.


Pour vous familiariser avec l’histoire d’un accessoire de mode cher à Gaultier et faisant toujours sensation lors de ses défilés, vous pouvez consulter le livre L’Art de la chaussure.

Fashion Passion

Fashion is not my thing. I’ve stated before that I am a neutral, solid colour kind of girl. Occasionally I’ll throw on something bright to mix it up, usually a pair of stilettos. Leading me to the point in which I must confess to my deep, inherent, undeniable love of shoes, and, more specifically, boots. (Cue in blaming my mother, who tried to get me to care about blouses, skirts, and dresses as well, but was less successful. Apologies and gratitude, mom!)


I shoulda been a contend…er, Musketeer
Musketeer boot, France, 17th century.
The International Shoe Museum, Romans-sur-Isère.



Where you goin’? Nowhere…
Mule, unsuitable for walking, in black kidskin and sky blue satin, small cabochon in porcelain, Vienna, c. 1900.
Height of heel: 20 cm.
Guillen Collection, The International Shoe Museum, Romans-sur-Isère.



Clothes like Audrey; shoes like Marilyn
“Low-cut” pumps of Marilyn Monroe decorated entirely with red Swarovski strass.
Created by S. Ferragamo for the film Let’s Make Love, directed by George Cukor in 1960.
Museo Salvatore Ferragamo, Florence.


Once upon a time my friends wanted to go out for the evening; I didn’t want to open my closet, because it can get very taxing as a 20-something, even if she doesn’t care that she’s seven years out of style. I sent a nearest and dearest to do my dirty work. She called out, “Do you want to wear black … or black?” Noting and making fun of the fact that my wardrobe was by and large black. I’m not Goth, not that there’s anything wrong with anyone that is, I just happen to think black is complimentary to everything else I’ve got going on.

All of that said, Jean Paul Gaultier the designer does not stir any excitement in my brain or gut. I do not feel the need to overcharge my credit card or make sure I grab the latest magazines with his newest lines in them. However, Jean Paul Gaultier the man is a man among men, a hero for anyone that’s ever tried to fit in, and for that, I salute him.

Persistently causing a stir from the mid 1970s until now, Gaultier keeps the world guessing as to which multicultural controversy he’ll strike next. Performing artists and film makers all vie for his talent and creative eye (Madonna, Marilyn Manson, and Luc Besson to name a few). And who could blame them? This enfant terrible stands up for what he believes in and is not ashamed to do so. Unlike Gaga, though, his outbursts do not irritate me to a point of soundless fury.

See all of his glory at the de Young Museum’s The Fashion World of Jean Paul Gaultier: From the Sidewalk to the Catwalk through 19 August 2012. And while you’re envisioning yourself in his latest trends, grab The Art of the Shoe to try and coordinate colours and styles.

-Le Lorrain Andrews

Friday, July 27, 2012

Munch, ese que pintó El grito

Crees que sabes todo lo que hay que saber sobre Edvard Munch, ¿verdad? A tu juicio, era un solitario de alma atormentada, que pintaba escenas de trauma y desamparo y que se dejaba llevar por la angustia y la melancolía... ¿van por ahí los tiros? Pues la nueva exposición de la Tate Modern pone tu erudición sobre el noruego en entredicho y te invita a explorar las facetas más desconocidas de su personalidad a través del análisis de los temas que abordó en sus obras. Los de la Tate quieren que conozcamos más a un artista que era mucho más que «el tipo ese que pintó El grito» y nos enseñan, entre otras cosas, que su trabajo estuvo fuertemente influenciado por la deficiencia visual degenerativa que padecía y por su creciente interés por la fotografía.



Para la comunidad artística, la posibilidad de descubrir al hombre que se esconde tras el pintor y de conocer sus verdaderas motivaciones y las fuentes de inspiración de todas sus obras o de todos los periodos artísticos de su carrera constituye un sueño hecho realidad. Sin embargo, de algún modo, al completar el puzzle se pierde el halo de misterio que lo envuelve y se desvanece el carácter único y desgarrador de sus cuadros. Parece que conocer los detalles banales de la vida del artista requiere el sacrificio de su carácter legendario y del atractivo que emana el Munch torturado y ajeno al amor, ese que pintó sus obras maestras en un frenesí de contradicciones actuando como catarsis de sus traumas de juventud.





Edvard Munch, El grito, 1893.
Témpera y cera sobre cartón, 91 x 73,5 cm.
Nasjonalmuseet, Oslo.


La nueva mirada que los expertos han arrojado sobre Munch revela que conocía muy bien las técnicas y los efectos visuales que empleaba y que su principal motivación para retomar sus temas preferidos una y otra vez no era otra que su viabilidad comercial. Si es así, el tipo ese sabía jugar sus cartas... Tal vez, la Tate debería tomar ejemplo y ofrecernos a ti y a mí lo que queremos, es decir, al Munch abatido y desesperado que creemos conocer. Según tengo entendido, El grito no se vendió nada mal...



Tienes la oportunidad de visitar la exposición Edvard Munch: The Modern Eye en la Tate Modern hasta el 14 de octubre de 2012 y ver cómo se te cae un mito o llevarte a casa este eBook y disfrutar de la aflicción de Munch en su apogeo.

Edvard Munch - soviel mehr als nur ein Schrei

Wer den Namen Edvard Munch hört, mag wohl zuerst an eine Landschaft aus Blau und Rot denken, in der sich eine Brücke diagonal in den Bildhintergrund verjüngt. Zwei Personen sind am Ende der Brücke nur schemenhaft zu erkennen und im Vordergrund zeigt sich dem Betrachter eine scheinbar verzeichnete Figur, die Hände an den Wangen, mit weit aufgerissenem Mund und Augen. Der Schrei, so laut und doch stumm, hat es nicht zuletzt aufgrund des Diebstahls 2006 oder dem mit einem dreistelligen Millionenbetrag höchsten je erzielten Auktionsergebnis im Frühjahr 2012 auf die Bestsellerliste geschafft.


Edvard Munch, Der Schrei, 1893.
Tempera und Pastell auf Karton, 91 x 73,5 cm.
Nasjonalmuseet, Oslo.



Aber Munch ist so viel mehr als ein Symbolist mit pessimistischer Lebensphilosophie, seine Bilder sind so viel mehr als reine „Stimmungsbilder“. Er ist einer der großen Wegbereiter des Expressionismus, Inspiration in der Art und Weise, wie er den Raum in Farbflächen auflöst. In seinen dynamischen Bildkompositionen wird die Perspektive von wenigen Linien suggeriert, Farben scheinen zu fließen und Figuren bewegen sich auf den Betrachter zu.

Motive wiederholen sich, werden zu Varianten und verselbstständigen sich schließlich. Auch Zeichnungen, Grafiken, Lithografien und Fotoarbeiten kennzeichnen das umfangreiche Werk des Norwegers. Selbstporträts aus allen Medien entwickelten sich bewusst zu einer visuellen Biografie.

Und die Tate Modern London verspricht noch viel mehr in ihrer aktuellen Ausstellung Edvard Munch, The Modern Eye, die Sie noch bis zum 14. Oktober 2012 besuchen können. Oder überzeugen Sie sich mit dem Buch des Parkstone-Verlages als Print- oder E-Book- Ausgabe davon, dass Edvard Munch mehr als nur ein „pessimistischer Stimmungsmaler“ ist.

Munch ado about nothing

So you think you know Edvard Munch? Think again. That’s the tag-line for the Tate Modern‘s new Munch exhibition, whose premise is that Munch is an under-analysed artist, pigeonholed as a troubled loner and worthy of reassessment. They profess that there were more sides to his personality than just ‘the man who painted The Scream’, and the exhibition seeks to find out what else made him tick through an analysis of the other themes in his work, such as his debilitating eye disease, the theatre and his burgeoning interest in film photography. They implore us to see past the “angst-ridden and brooding Nordic artist who painted scenes of isolation and trauma”, but do people really want to strip off the interesting layers to reveal the normal, everyday Eddie underneath?



Within the art community, it is a dream come true to find another piece of the missing puzzle, to “discover” the man behind the artist and to know exactly what his motives and inspirations were for every piece or artistic period in his life. However, representing the “whole picture” detracts from what made the artist interesting or unique in the first place, or even what makes the paintings so breathtaking. It is scientifically proven* that the longer you spend with a partner, the less interesting they become; in this way, the more you know about the banal aspects of an artist’s life, the less legendary they are. Stick to what makes Munch alluring – a tortured, unloved soul who expresses himself through his harrowing, yet awe-inspiring paintings.


Edvard Munch, The Scream, 1893.
Tempera and crayon on cardboard, 91 x 73,5 cm.
Nasjonalmuseet, Oslo.


It is more than agreeable to believe that Munch painted his masterpieces in an oxymoronic frenzy of despair – catharsis for his traumatic youth. But this new wave of “understanding” of every aspect of Munch’s life has led to an interpretation that Munch was well aware of the techniques and visual effects that he employed to such devastating effect, and that it was in fact the commercial viability of reproducing a popular painting that drove Munch to rework his favoured themes time and again. If this is the case, then Munch knew how to play us like a fiddle.



Have these people learned nothing from Munch? Angst sells, big time, and if the Tate wants to increase its footfall, it too should sell out and give the people what they want – a slice of the despondent Munch we think we know. I’ve heard that The Scream is supposed to be a pretty good painting...



Edvard Munch: The Modern Eye is showing at the Tate Modern from 28 June – 14 October 2012. Or, to view some of Munch’s popular works (including The Scream), why not try this Munch art e-book?



*it is not really scientifically proven.

Tuesday, July 24, 2012

Klimt, entre oros y teselas

Mucha gente conoce el 14 de julio como el día de la Bastilla o de la República francesa, pero me atrevo a asegurar que no es así para los austriacos, y es que ese día nació, hace ahora 150 años, Gustav Klimt. Y como su aniversario parece ser cosa de interés nacional, los principales museos de Austria están dedicando exposiciones a diferentes aspectos de su obra a lo largo de todo el año. Por supuesto el museo dedicado a arte y diseño alemán y austriaco ubicado en Nueva York, la Neue Galerie, ha montado su propia exposición.

Y la verdad es que no es para menos, porque este pintor de cuadros teselados, con colores vivos mezclados con dorado, es uno de los máximos exponentes del simbolismo y su obra no deja indiferente a ningún espectador, o la amas o la odias. Su cuadro El beso ha generado versiones infinitas que han llegado hasta el anime japonés y ha sido uno de los más caros jamás vendidos.


Gustav Klimt, El beso, 1907-1908.
Óleo, plata y oro sobre lienzo, 180 x 180 cm.
Österreichische Galerie Belvedere, Viena.



Gustav Klimt, Retrato de Emilie Flöge, 1902.
Óleo sobre lienzo, 181 x 84 cm.
Historisches Museum, Viena.


Sus protagonista, mujeres con una gran carga sensual (y muchas representantes del estereotipo de mujer fatal), seguro que hubieran dado mucho que hablar a uno de sus paisano, Freud. Si a esto le sumamos que, a pesar de tener 14 (!) hijos nunca se decidió a casarse y siguió viviendo con su madre hasta que ésta murió (él le sobrevivió tres años) tenemos ante nosotros un individuo ciertamente peculiar.

Pero como a los artistas hay que juzgarlos por sus obras y no por sus vidas (al menos en terreno artístico), lo mejor es que te acerques a una de las numerosas exposiciones que se llevarán a cabo este año o, si prefieres disfrutarlo con más tranquilidad, te lo lleves a casa en forma de libro.

Der Zeit ihre Kunst, der Kunst ihre Freiheit

Hätten die Verantwortlichen des Wiener Künstlerhauses gewusst, dass noch 150 Jahre nach seiner Geburt ein solches Aufleben um seine Person gemacht wird, hätten sie Gustav Klimt sicherlich mit offenen Armen empfangen und ihm die besten Ausstellungswände in ihrer Galerie angeboten.

Doch die neue Wiener Künstlergeneration, allen voran Klimt, wollte sich den klassischen akademischen Regeln nicht unterwerfen. In ihren Werken wollten sie weder ein Abbild der Natur erzeugen noch auf tradierte Stilrichtungen zurückgreifen. Eine neue Richtung musste her: Kunst sollte keinen bestimmten Zweck erfüllen müssen, sie sollte schön sein, frei sein — Kunst sollte einfach Kunst sein dürfen.

Die künstlerische Selbstfindung war ihr erklärtes Ziel, als Klimt zusammen mit weiteren Künstlern im Jahr 1897 eine neue Künstlervereinigung gründete. Mit der Wiener Secession distanzierten sie sich öffentlich vom Wiener Künstlerhaus und dessen festgefahrenem Kunstverständnis. Schon im folgenden Jahr wurde das Ausstellungshaus nach Entwürfen Joseph Maria Olbrichs erbaut und mit der berühmten vergoldeten Messingkuppel versehen, unterhalb dieser das Motto der neuen Vereinigung in goldenen Lettern angebracht ist: Der Zeit ihre Kunst, der Kunst ihre Freiheit.


Der goldene Ritter (Das Leben ist ein Kampf), 1903.
Öl, Tempera und Gold auf Leinwand, 103,5 x 103,7 cm.
Aichi Kunstmuseum, Nagoya, Japan.



Der Kuss, 1908.
Öl auf Leinwand, 180 x 180 cm.
Österreichische Galerie Belvedere, Wien.


Als Gründer einer revolutionären Bewegung, als eine Art Freiheitskämpfer der Kunst, zeigt sich Klimt nach außen hin kämpferisch, seine Kunst hingegen offenbart seine herausragende Fähigkeit in die Welt der Gefühle einzutauchen und diese darzustellen. Eine erotisch angehauchte Sinnlichkeit beherrscht den Großteil seiner Werke. Zurückhaltung in der Wahl der gestalterischen Mittel war dabei für Klimt undenkbar.
Ein großflächiger an byzantinische Ikonendarstellungen erinnernder Goldhintergrund, eine mit bunten Blumen übersäte kleine Rasenfläche am unteren linken Bildrand und auf dieser in der Mitte des Bildes ein eng umschlungenes Liebespaar, eingehüllt in goldene und mit verschiedenen Ornamenten verzierte Stoffbahnen — was wie reiner Kitsch klingt, ist heute Klimts bekanntestes Werk und mit Sicherheit eines der berühmtesten und beliebtesten Kunstmotive weltweit.
Der Kuss von 1908 fasziniert jedoch nicht nur durch den verschwenderischen Gebrauch der künstlerischen Mittel warme, gold-untermischte Farben, die Fülle ornamentaler und floraler Muster sondern vor allem durch das dargestellte Genussgefühl der Liebenden. Die Sinnlichkeit des Dargestellten ist so greifbar, dass sie uns unmittelbar berührt und die Gefühle des Paares erahnen lässt.

Bei genauerer Betrachtung lässt sich eine Vielzahl von Andeutungen finden, die dem Dargestellten eine eindeutig sexuelle Symbolkraft verleihen, ohne dabei jedoch die gold schillernde Traumwelt der Liebenden zu negieren. Die Darstellung vereint vielmehr die tiefe Verbundenheit und das körperliche Begehren des Paares.

Welche Andeutungen sich in diesem und in anderen Werken befinden, können Sie noch bis zum 27. August 2012 in der aktuellen Ausstellung „150th Anniversary Celebration“ der Neuen Galerie in New York oder in einem der Bücher des Parkstone Verlages über Gustav Klimt herausfinden.

-C. Schmidt

Gustav Klimt, 150 ans après sa naissance

Le parfum de scandale qui a accompagné la carrière de Klimt de son vivant, est toujours présent à l’évocation de son nom.

La célébration des 150 ans de sa naissance est l’occasion de parcourir les différents jalons de sa vie. C’est aussi le moyen de découvrir la vie intime de ce peintre, grand amateur de femmes, qualité indispensable à tout artiste de renom.


Gustav Klimt, Le Baiser, 1907-1908.
Huile, argent et or sur toile, 180 x 180 cm.
Österreichische Galerie Belvedere, Vienne.



Gustav Klimt, Portrait d’Emilie Flöge, 1902.
Huile sur toile, 181 x 84 cm.
Historisches museum, Vienne.


Se libérant des codes artistiques conservateurs de la Vienne impériale, Klimt révèle les corps élancés des femmes, sans entraves. Il a sans aucun doute été fasciné par les femmes et a d’ailleurs réalisé de nombreux portraits féminins. Même dans ses toiles chatoyantes représentant des couples, l’homme a toujours le visage caché tandis que la femme fait face aux spectateurs.

L’exposition de la Neue Galerie à New York met en lumière un peintre en rupture avec son époque, qui a osé exprimer sa rébellion envers les esprits bien pensants. Vous pouvez vous familiariser avec Klimt en parcourant ce livre d’art, disponible en version papier et ebook.

Klimt, to love him, or leave him alone

Don’t get me wrong, Gustav Klimt was inherently remarkable at all of his accomplishments and I am fond of his work as well as those he influenced (even if they were on the brink of lunacy, Egon Schiele). However, to be quite honest, I’d never heard of him until approximately seventeen months ago – his impact on art history itself was miniscule in comparison with more notable greats. But suddenly he was all I read about and pieces of his art were unexpectedly in the strangest places. In celebration of his 150th birthday (this past Saturday, to be exact), museums the world over are head-over-feet presenting his works to the public. Who is this man and why can’t I get away from him?

Not the first, and certainly not the last, truly erotic painter, I often find myself entranced by his pieces. The bright, glittery gold and patterns that would normally do in my neutral and solid coloured brain are unforgettable. Nevertheless, I find it difficult to separate the artist in the smock/robe/dress/thing from the philanderer (he had fourteen children, two also named Gustav, by different women!) who seems to have been in love with his muse. That he could be so lucky for her to love him back! Did she?


Gustav Klimt, The Kiss, 1907-1908.
Oil, silver, and gold on canvas, 180 x 180 cm.
Österreichische Galerie Belvedere, Vienna.



Gustav Klimt, Portrait of Emilie Flöge, 1902.
Oil on canvas, 181 x 84 cm.
Historisches Museum, Vienna.


What woman wouldn’t love a man that painted beautiful, timeless portraits of her? That referred to her as his treasure and life? The fact of the matter is that unless science finds some way to bring people back from the dead, not that I think Emilie Flöge and Gustav Klimt would be first on the list, her secret is dead and buried. I hope I have enough wherewithal to destroy all of my love letters before I die – it seems she’s certainly more interesting to talk about because of it, rather than women whose names I can’t pull from the recesses of my brain that wrote for pages and days of their undying love for their own philanderers. Thank you for being a role model for young women everywhere, Emilie; I hope you were happy.

If celebrating birthdays of long-dead people is something you’re in to, go to the Neue Galerie before 27 August to see Gustav Klimt: 150th Anniversary, they are pulling out all of the stops – cakes AND cufflinks! But if you’re more like me and find celebrating the birth of a dead person morbid and disconcerting, enjoy his work in the privacy of your own home with these print and ebook collections: Klimt and Gustav Klimt. (I won’t judge you too harshly if you toast to him, I promise.)

-Le Lorrain Andrews

Monday, July 23, 2012

Picasso, mystique et amoureux

Le British Museum  a réussi à rassembler pour la première fois les gravures de l’un des plus grands artistes du xxe siècle.

Le visiteur pourrait s’attendre à pouvoir admirer la technique du peintre, par ses croquis dessinés rapidement, parfois juste en passant un coup de téléphone. On peut bien sûr apprécier sa maîtrise des formes, mais cela va plus loin. C’est moins la face académique de Picasso qui ressort, que son caractère de bon vivant et son profond goût pour les femmes.


Gravure du groupe sur le thème du Minotaure, Suite Vollard, British Museum, Londres.


Exécutées entre 1930 et 1937, à un moment où il était plongé dans la sculpture et la relation entre l’artiste et son modèle, les mythes païens et le corps des femmes sont au cœur de cette série. Le Minotaure, la femme nue (sa maîtresse de l’époque Marie-Thérèse Vollard), les animaux, sont les expressions d’un Picasso intime, sensuel et jouisseur.

L’exposition du British Museum est ouverte jusqu’au 2 septembre. En attendant d’y aller, vous pouvez consulter Picasso, disponible en version papier et ebook.

Vollard y el desbordamiento de Picasso

Ambroise Vollard, considerado el principal marchante de arte contemporáneo de su generación, fue uno de esos hombres que se hacen a sí mismos. Llegó a París en 1887 sin apenas contactos ni referencias, pero su habilidad para los negocios y su visión artística le permitieron convertirse en el audaz impulsor de grandes artistas como Cézanne, Gauguin, Degas, van Gogh, Renoir, Bonnard, Vuillard y Picasso, que fueron subestimados en sus inicios.

Entre las arriesgadas operaciones que lo llevaron a ser quien fue, Vollard obsequió algunos cuadros a Pablo Picasso a cambio de una extensa colección de grabados que se conocen como la «Suite Vollard». Pocos son los museos que se pueden enorgullecer de poseer una serie completa de estos grabados. Por ello, el British Museum ha organizado la exposición «Picasso Prints. The Vollard Suite» para presentar al público los 100 grabados que ha conseguido reunir gracias a la generosa donación de la Hamish Parker Charitable Trust.*

Este «diario visual», de líneas sencillas y limpias y con un marcado estilo neoclásico, expresa los pensamientos, las ideas y las preocupaciones del que bien podría ser el artista más importante del siglo XX en la época en la que fueron realizados, entre 1930 y 1937. Con la guerra civil española como trasfondo, Picasso vivía en el castillo Boisgeloup, a las afueras de París, donde se dedicaba a realizar esculturas y a «hacer grandes cosas» junto a su musa y amante, la joven Marie-Thérèse Walter. Los grabados para Vollard reflejan la mitología personal del artista, que utiliza al minotauro, al toro-ganadero, como reflejo de sí mismo, de las emociones descontroladas y de la violencia y brutalidad que mueven el mundo.

La serie concluye con tres grabados del editor, sobre quien Picasso afirmó que «era un hombre tan vanidoso como una mujer», ya que «ni siquiera la mujer más bella del mundo había sido retratada con tanta asiduidad». En cualquier caso, este negocio no fue especialmente provechoso para Vollard, ya que falleció en un accidente de coche antes de que se realizaran todas las impresiones que había previsto.


Retrato de hombre con barba, Ambroise Vollard, 1937.
Grabado, placa 100 de la «Suite Vollard».
The British Museum, Londres.

Picasso - Ist das Kunst, oder kann das weg?

Wenn ich ehrlich bin, habe ich mir vor Beginn meines Studiums nicht selten diese Frage gestellt, wenn ich moderne oder auch zeitgenössische Kunst gesehen habe. „Schwarzes Quadrat auf weißem Grund“, „Blue, Green and Brown“, „Komposition No. V“ oder „Les Demoiselles d’Avignon“ waren mir suspekt.

Ja, ich musste erst lernen, Bilder zu betrachten, mich mit Ihnen auseinanderzusetzen ohne dabei zu fragen „Was will mir der Künstler damit sagen?“ Ich muss nicht alles verstehen, muss nicht alles hinterfragen, aber ich muss mir die Zeit nehmen, bestimmte Einzelheiten näher zu betrachten und vielleicht sogar einen Zusammenhang zu finden, der mir einen Zugang zu dem Bild verschafft, der meine Begeisterung weckt.

Bei Picasso fiel das leichter als ursprünglich erwartet. Seine Rezeptionsquellen finden sich in der antiken Skulptur, in Stichen von Rembrandt und Arbeiten von Goya. Farbphasen, Mythologie und die Auseinandersetzung mit der Perspektive kennzeichnen sein Werk.

Ich versuche nicht, einen Picasso zu verstehen, aber ausgehend von dem strukturellen Aufbau des Bildes, von den verschiedenen Farbgebungen, Perspektiven, oder Geometrien im Bildaufbau und zuletzt über die dargestellten Elemente erschließt sich doch ein Teil des Werkes, der Grundtenor wird erkennbar.


Pablo Picasso, La Paix (Der Frieden), aus der Gruppe La Guerre et la Paix (Der Krieg und der Frieden), 1952.
Öl auf Leinwand, 4,5 x 10,5 m.
Temple de la Paix (Schlosskapelle), Vallauris.
© 2012 Succession Picasso Estate, Artists Right Society (ARS), New York


Ich benötigte sechs Jahre Studium, einen geduldigen Professor und ein wenig Eigeninitiative, damit Picasso auch für mich zu einem großartigen Künstler avancierte. Mit ein wenig Neugier und Enthusiasmus sollte es Ihnen jedoch in weniger als sechs Jahren gelingen, das Genie des Spaniers zu entdecken. Besuchen Sie noch bis zum 2. September die Ausstellung Picasso Prints – The Vollard Suite im British Museum, nehmen Sie sich die Zeit, Picassos Werke zu betrachten und finden Sie Ihren eigenen Zugang zu seinem Bildwerk. Alternativ und ergänzend finden Sie Picasso auch im praktischen E-Book-Format in einer Ausgabe des Verlages Parkstone International.

Doodling with Picasso

The British Museum has managed to wheedle the donation of all one-hundred of Picasso’s etchings which make up the Vollard Suite – no, not the name of a room in a curiously themed hotel, but a massive series of prints created in exchange for a couple of paintings, including two by Cézanne and Renoir.

The critics are clambering all over each other to fawn, simper and gush about the prints and to offer their unsolicited opinions about what the lines and shading could possibly mean, squabbling like children over who can kiss the most arse. I agree that the series does reveal the inner workings of the mind of the artist during a transitional period, but only insofar as my absent-minded phone-doodling offers an insight into my thoughts at that particular moment in time. Ok, so a picture of a stick man and a flower might not be quite as impressive as a Minotaur with breasts, but doodles was what they were, no more, no less.


By Pablo Picasso, aged 43. He drew this horse whilst nattering on the phone. FACT.
Little Horse, 1924(?). Indian ink on paper, 21 x 27.2 cm, The State Hermitage Museum, St Petersburg.


Trading a couple of paintings by known masters for prints by a living artist was a bit of a gamble, but the trick certainly paid off. Well, not for poor old Ambroise Vollard, who died the same year the prints were completed, but a few generations and changes of hand later, and the set is now worth a staggering £900,000. The fools! Picasso’s status as an excellent artist is well-deserved, but just because he is a good artist does not mean that all his art is good art. Once the buzz from this discovery evaporates, I wonder whether they will realise that they’ve been had.

In case the British Museum is interested, I have a few prints for sale, entitled “Tree”, “Swirly Pattern” and “To Do List”. Each one costs £4,500, a bargain at half the price of a Picasso print!

If, contrary to my warning, you want to see these scribblings, the British Museum is holding this exhibition for free until 2 September 2012. If, however, you’d rather see some of Picasso’s real artwork, why not get this Picasso art book, instead.

Friday, July 20, 2012

De l’ambiguïté du corps humain

Si vous pensez que la représentation de personnages androgynes est née sous le pinceau de Michel-Ange, vous vous trompez…
Vous connaissez La Joconde… Mais connaissez-vous toute la diversité des œuvres de Léonard de Vinci ? Il dessina entre autres beaucoup de planches anatomiques : des hommes, des femmes, des animaux aussi. À plusieurs échelles : le corps nu, des écorchés (nom donné aux dessins représentant les muscles) et des coupes d’organes.


Léonard de Vinci, Recto : L'Anatomie de l'épaule et du cou. Verso : Les Muscles de l'épaule, vers 1510-1511.
Crayon et lavis sur craie noire, 29,2 x 19,8 cm.
The Royal Collection.



Léonard de Vinci, Le Système cardiovasculaire et les principaux organes de la femme, vers 1509-1510.
Craie noire et sanguine, encre, lavis jaune, finement piqués, 46,7 x 33,2 cm.
The Royal Collection.


Dites-vous qu’à l’époque de Léonard de Vinci, la connaissance n’était pas aussi vulgarisée qu’aujourd’hui. Ces dessins représentaient une grande avancée pour la science et prouvaient la curiosité de l’artiste pour la nature et la vie.

Personnellement, les dessins anatomiques me mettent assez mal-à-l’aise. En revanche, j’aime beaucoup les nus de De Vinci. Le modelé parfait des ombres, la précision vivante des lignes et la justesse du mouvement… Même si la limite entre corps masculin et corps féminin n’est pas toujours très claire, ces dessins sont des modèles d’une inépuisable richesse pour toute personne qui, avec ou sans prétention, a jamais tenu un crayon…

Si vous souhaitez parfaire vos talents d’anatomiste et / ou de dessinateur, rendez-vous au Buckingham Palace, qui présente l’exposition Leonardo da Vinci: Anatomist.

Découvrez la magie d’une époque qui n’avait pas encore séparé la science et l’art en ouvrant le TS Da Vinci Volume 1, le TS Da Vinci Volume 2 et le MS Da Vinci, tous trois disponibles en version papier et en version e-book.

Leonardo, anatomista.

¿Qué se puede decir de Leonardo que no se haya dicho ya? Este genio italiano del siglo XVI representa como nadie el hombre renacentista, aquel que poseía todo tipo de conocimientos, ya que, además de pintor, fue también  anatomista, arquitecto, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista.

De sus pinturas destaca la androginia de sus retratos, ya que se basaba tanto en modelos femeninos como en masculinos para pintarlos, combinando los rasgos de ambos. Esto se puede apreciar incluso en su pintura más famosa, La Gioconda, así como en su Baco y se ve claramente en muchos de sus dibujos.

Precisamente los dibujos son los que han interesado al Buckigham Palace, concretamente sus dibujos de anatomía, los menos conocidos pero no por ello menos importantes, de entre su obra. Porque cuando hablamos de los dibujos de da Vinci a todo el mundo le viene a la cabeza el Hombre de Vitruvio, tal vez maquinaria bélica, sus máquinas voladoras,... pero son pocos los que piensan en órganos internos, músculos, huesos e incluso fetos. Se dice que tenía intención de publicar estos estudios y que si lo hubiera hecho la ciencia europea hubiera experimentado un gran avance, pero su muerte (y un posible miedo a la Inquisición, a la que estuvo a punto de enfrentarse por acusaciones de homosexualidad) lo impidieron.


Leonardo da Vinci, Anatomía de superficie de la región del hombro y el cuello (anverso); músculos del hombro (reverso), 1510-1511.
Lápiz y aguada de tinta parda sobre lápiz negro, 29,2 x 19,8 cm.
The Royal Collection, Londres.



Leonardo da Vinci, Aparato circulatorio y principales órganos de una mujer, c. 1509-1510.
Tiza negra y roja, tinta y aguada amarillenta con pequeñas perforaciones, 46,7 x 33,2 cm.
The Royal Collection, Londres.


Si te interesa el lado más científico del mayor genio de todos los tiempos puedes acercarte a la Queen's Gallery, Buckingham Palace, hasta el 7 de octubre de 2012 y conocer los secretos de la anatomía humana. Si te pilla a desmano pero no quieres renunciar a conocer la plenitud de su obra, puedes recurrir a estos magníficos libros.

Kunst im Anatomiesaal – Leonardo da Vinci als Anatom

Heutzutage muss jeder Biologiestudent einen Tier-Sezierkurs belegen, bei Medizinstudentenist das Sezieren von menschlichen Leichen mehrere Semester lang ein Pflichtprogramm und sogar der interessierte Laie kann seine Anatomiekenntnisse mittels diverser US‐amerikanischer Fernsehserien à la Grey's Anatomy oder dank Gunther von Hagens Wanderausstellung Körperwelten auch ‚hautnah‘vertiefen. Mit dieser 1995 zum ersten Mal gezeigten Ausstellung menschlicher Plastinate scheint die Jahrhunderte alte Scheu vor dem toten menschlichen Körper verloren und eines der letzten Tabus gebrochen zu sein.

Auf der Suche nach dem in der Natur vermuteten Goldenen Schnitt konnte rund 500 Jahre zuvor auch ein anderer Wissenschaftler vor der Humansektion nicht haltmachen. Für den 1452 geborenen Leonardo da Vinci gab es kaum eine Disziplin, die ihn nicht interessierte. Er befasste sich nicht nur mit Mathematik, Geometrie, Botanik, Geologie und Astronomie, sondern vor allem anderen studierte er auch die Anatomie. Seine Beobachtungen undGedanken ergänzte er durch detaillierte Zeichnungen. Rund 7000 dieser Notizbuchseiten sind erhalten geblieben. Sein intensives Naturstudium, seine akribischen Aufzeichnungen und seine analytische Begabung machten ihn zu einem Pionier auf dem Gebiet der modernen wissenschaftlichen Illustration.


Leonardo da Vinci, Recto: Die oberflächliche Anatomie der Schulter-und des Nackenbereichs. Verso: Die Schultermuskeln, um 1510-1511.
Feder und Tinte über schwarzer Kreide, 29,2 x 19,8 cm.
The Royal Collection.



Leonardo da Vinci, Das Herz-Kreislauf-System und die wichtigsten Organe einer Frau, um 1509-1510.
Schwarze und rote Kreide, Tinte, gelbe Lasur,
46,7 x 33,2 cm gestochen.
The Royal Collection.


Während die Humansektion wie schon Jahrhunderte zuvor auch noch zu Lebzeiten da Vincis als religiöser Tabubruch galt, zerlegte dieser unter schwierigsten Umständen nicht nur tierische, sondern auch menschliche Relikte in ihre Einzelheiten und studierte den Aufbau des Körpers ‚Stück für Stück‘. Durch dieses andauernde Studium und seine große künstlerische Begabung erreichten seine Skizzen eine wissenschaftliche Genauigkeit, die dem direkten Vergleich mit von Hagens menschlichen Plastinaten durchaus standhalten kann. Leonardo da Vinci war ohne Frage talentiert, aber ohne seinen unstillbaren Wissensdurst und sein obligatorisches Notizbuch wäre er nie zu dem genialen Universalgelehrten par exellence und einem der bedeutendsten Künstler der Renaissance geworden.

Welch anderer Künstler hat sich schon freiwillig nachts auf Friedhöfen herumgetrieben und Leichen gesucht, um diese zu sezieren? Den Plan, seine Beobachtungen und Skizzen in einer Abhandlung über Anatomie zu veröffentlichen, konnte er nicht mehr in die Tat umsetzen. Mit seinem Tod im Jahre 1519 hinterließ er eine außergewöhnliche Anzahl an Aufzeichnungen, die heute zu den größten Schätzen der Royal Collection gehören. Eine Auswahl dieser Kostbarkeiten wird noch bis zum 07. Oktober 2012 in der Ausstellung Leonardo da Vinci: Anatomist in der Queens Gallery im Buckingham Palace gezeigt. Es ist die bisher größte Ausstellung, die ausschließlich da Vincis‘ Studien des menschlichen Körpersgewidmet ist.

Aber natürlich hat da Vinci weit mehr zu bieten als anatomische Skizzen. Einen umfangreichen und immer wieder nachlesbaren Einblick in das Leben und Werk des Künstlers erlangen Sie in digitaler oder gedruckter Formmit den Büchern des Parkstone-Verlages: Leonardo da Vinci: Künstler, Denker und Wissenschaftler oder Leonardo da Vinci.

-C. Schmidt

Leonardo da Vinci: Jack of Everything

I could make another reference to the Teenage Mutant Ninja Turtles and discuss how, both Leonardo the man and the turtle are the eldest, wisest, and most level-headed of their pairings; however, part of that would be false (Donatello [the sculptor] was older by 66 years) and I’d have no way of proving the rest.

Jack of all trades, master of… all trades. Leonardo da Vinci was a painter, sculptor, architect, musician, scientist, mathematician, engineer, inventor, anatomist, geologist, cartographer, botanist, and writer. His friends described him to have extraordinary powers of invention, incredible strength and generosity, boundless grace, an infinite mind, a majestic spirit, and in addition to all of that, he was quite the looker. In his time, a person of such vast skill and personality was considered to be a polymath and amassed many friends. In our time, Da Vinci would likely be thought a gross over-achieving, suck-up nerd and I doubt anyone would go near him.

Leonardo of all trades probably would have been a better turn of phrase, though, not that he needs any more credit.

Lesser known for his ground-breaking understanding of the human body, Da Vinci found interest in dissecting not only human corpses, but also cows, birds, monkeys, bears, frogs, and horses. Over the years Da Vinci found himself particularly apt at recognising illness as well as a being’s emotions – rage being a specialty.


Leonardo da Vinci, Recto: The superficial anatomy of the shoulder and neck. Verso: The muscles of the shoulder, c. 1510-1511.
Pen and ink with wash over black chalk, 29.2 x 19.8 cm.
The Royal Collection.



Leonardo da Vinci, The cardiovascular system and principal organs of a woman, c. 1509-1510.
Black and red chalk, ink, yellow wash, finely pricked through, 46.7 x 33.2 cm.
The Royal Collection.


Pop over to The Queen's Gallery in Buckingham Palace for a crash course on anatomy at the Leonardo da Vinci: Anatomist exhibition. Realise that Da Vinci is much more than the human body? Bring him home with you in either print or digital form: Leonardo da Vinci: Artist, Thinker, Man of Science or Leonardo da Vinci.

-Le Lorrain Andrews

Friday, July 13, 2012

L’Angoisse de la faille

Deux adolescents sur une terrasse un soir d’été, une femme sur le pas de sa porte vers midi, une autre qui s’habille dans sa chambre le matin… A priori rien de bien inquiétant, et pourtant…

Les toiles de Hopper déclenchent toujours en moi quelque chose d’indéfinissable, entre l’inquiétude, le mal-être et la peur diffuse. La sourde angoisse de la permanence des choses. Si elles sont situées très précisément dans le temps et dans l’espace, ses œuvres montrent des situations telles qu’elles ont toujours été et telles qu’elles seront toujours. On a l’impression d’un instant en même temps déterminé et éternel, comme une sorte de faille dans le temps. L’impression d’être au bord de l’éternité et que l’on va y basculer…


Soleil de midi, 1949.
Huile sur toile, 68,6 x 99, 1 cm.
The Dayton Art Institute, Dayton, Ohio.
Don de M. et Mme Anthony Haswell.



Soir d’été, 1947.
Huile sur toile, 76,2 x 106,7 cm.
Collection de M. et Mme Gilbert H. Kinney.


Cette impression d’angoissante lourdeur est renforcée par le lissé de la couleur et le rendu de la lumière, jamais choisie au hasard.

Rassurez-vous ! Beaucoup de gens - même s’ils remarquent la présence de personnages pensifs voire dépressifs - ne voient dans les œuvres de Hopper qu’un intérêt « technique » : la description de l’Amérique des classes moyennes.

Si vous vous sentez suffisamment fort pour résister à la délicieusement malsaine séduction de ses toiles, rendez-vous à Madrid ! Le Museo Thyssen-Bornemisza présente environ 70 de ses huiles, jusqu’au 16 septembre 2012.

Pour exorciser vos peurs existentielles, dites-vous qu’elles aussi vous ont précédé. En attendant, mithridatisez-vous avec le Hopper (version imprimée / version e-book).

La mirada de Hopper

Si hablo de Edward Hopper, es muy probable que el primer cuadro que te venga a la cabeza sea Nighthawks (Noctámbulos), esos tres clientes sentados en la barra de un diner atendidos por un camarero de blanco inmaculado y vistos desde una calle completamente desierta que ha dado lugar a incontables imitaciones y evocaciones. Pues bien, precisamente ese cuadro no podrás verlo en la exposición temporal organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza y la Réunion des musées nationaux de Francia, pero quizá con más razón deberías acercarte a disfrutar de las otras 73 obras del artista que sí han logrado reunir en «Hopper», a secas. Y es que no hace falta decir más.

Se le considera el mejor pintor estadounidense del siglo XX y vivió en aquella época terrible en la que el país de la libertad despertó abruptamente del mascado «Sueño Americano». Meticuloso hasta la médula y algo misántropo, Hopper tuvo unos comienzos difíciles, en los que sufrió el mayor desdén y escarnio por parte de la crítica y el público: la pura ignorancia. Es un representante del realismo social, pero tal como defienden los organizadores de la exposición, clava sus raíces en el impresionismo europeo. Esto se hace patente en el papel preponderante de la luz, que no solo domina las composiciones, sino que también está presente en los títulos de sus obras: Mañana en Carolina del Sur (1955), Mañana en una ciudad (1944), Sol de mañana (1952), Conferencia por la noche (1949), etc.

Además, Hopper fue un gran historiador que retrató fielmente la soledad y el aislamiento del hombre en el mundo urbanizado. Sus paisajes son espacios ásperos, hostiles y desolados y sus escenas de interior representan situaciones típicas y vulgares, algo simplificadas. No obstante, esta sencillez es solo aparente, pues sus cuadros están impregnados de narratividad implícita, esto es, cuentan historias familiares sobre la vida en la ciudad, la soledad, la melancolía y la complejidad de las relaciones interpersonales.


Edward Hopper, Eleven a. m. (Once a. m.), 1926.
Óleo sobre lienzo, 71,3 x 91,6 cm.
Smithsonian Institution, Hirshhorn
Museum and Sculpture Garden,
Washington, D.C.


Hopper nos convierte en voyeurs que disfrutan contemplando la melancolía, la banalidad y la inmensa soledad reinantes en las intimidades de otros. El realismo es lo que tiene, interpreta la vida tal como es, sin tapujos y sin medias tintas, y nos la estampa en la cara. Sus figuras transitan por un mundo que no pinta nada bien. Son retratos estáticos de personas en movimiento. Y nosotros podemos inventar sus historias, conmovernos con sus vidas truncadas, leer la tristeza en sus semblantes y, quizá, reconocernos en ella a nosotros mismos.


Edward Hopper, Verano en la ciudad, 1949.
Óleo sobre lienzo, 50,8 x 76,2 cm.
Berry-Hill Galleries, Inc., Nueva York.


Nada nos prohíbe estar tristes de cuando en cuando. A veces, es el único remedio sensato, pues de todos es sabido que la alegría en estómago vacío no cae nada bien. Así pues, si adoleces de esa melancolía que llena los espacios entre un gozo y otro o si quieres sentirte solo entre la multitud, no te pierdas la exposición «Hopper» abierta hasta el 16 de septiembre de 2012. Si no te es posible, no te inquietes; siéntate, reposa los codos sobre el regazo, e imprégnate de realidad con Hopper allí donde estés.

Edward Hopper und der Voyeur

Edward Hopper – bei keinem anderen Künstler bin ich lieber Voyeur. Des Nachts findet sich irgendwo ein hell beleuchtetes Büro oder Zimmer, in das ein Fenster Einblick gewährt. Eine alltägliche, meist banale Szene spielt sich ab, Kommunikation fehlt häufig ganz. Dennoch lassen mich diese Szenen verweilen, eine ungewohnte Intimität lässt mich näher an das Werk herantreten – und doch werde ich auf Distanz gehalten.

Ebenso finden sich Szenen, die dem Betrachter suggerieren, sich im selben Zimmer oder Nebenzimmer zu befinden, den Blick auf eine auf ihrem Bett sitzende oder am Fenster stehende (mitunter nackte) Frau freigebend. Räumlich fast involviert, werden wir jedoch auch hier wieder auf Distanz gehalten und in die Rolle des Voyeurs gedrängt. Mit Hilfe von Komposition und Lichtführung gelingt es Hopper, die für ihn typische Intimität der Einsamkeit zu erzeugen.


Nachts im Büro, 1940.
Öl auf Leinwand, 55,8 x 63,5 cm.
Walker Art Center, Minneapolis.



Morgensonne, 1952.
Öl auf Leinwand, 71,4 x 101,9 cm.
Columbus Museum of Art, Columbus, Ohio.


Hopper gilt als der große amerikanische Chronist, der die Isolation und Einsamkeit des modernen Menschen in einer Welt der Urbanisierung wiedergibt, und er versteht es, eine ganz eigene, manchmal auch melancholische Stimmung zu erzeugen. Karge Räume, menschenleere Landschaften, Bahngleise, Straßenansichten, Cafés, Tankstellen, Leuchttürme und vieles mehr begegnen uns immer wieder, und immer wieder sind wir Voyeur, suchen nach einer Geschichte und vermissen ein wenig die Kommunikation. Von diesen Darstellungen inspiriert, finden sich wenig später in den Filmen Alfred Hitchcocks (Psycho) verschiedene Gemälde Hoppers rezipiert.

Seien Sie Voyeur! – Und verfolgen Sie thematisch und chronologisch den Werdegang des Künstlers noch bis zum 16. September 2012 im Museo Thyssen-Bornemisza in der größten je in Europa gezeigten Hopper-Ausstellung. Alternativ genießen Sie die Inszenierung der Einsamkeit auch zu Hause mit dem neuen E-Book oder der gedruckten Ausgabe aus dem Parkstone-Verlag.

Hopper: drudgery and dysthymia

Edward Hopper is being celebrated with an exhibition dedicated to his life and works in the Museo Thyssen-Bornemisza in Madrid, amassing an impressive 73 out of his 366 canvases. He would have hated this. Bitter as he was about the late recognition of his art, he avoided his own exhibitions, using them as a platform to get his paintings sold, in order to carry on living his simple and reclusive lifestyle.

Hopper has to be the least fitting name for an artist as misanthropic as he. He was an introvert with a wry sense of humour, who would fall into great periods of melancholy, pierced on occasion by flashes of brilliant inspiration. But great art comes from great depression. Take the obvious example, Van Gogh, whose struggle with manic depression led him to paint some of the most celebrated art in history. Other, lesser known depressives included William Blake, Gauguin, Pollock, Miró, and even Michelangelo. I’m not saying you have to be depressed to be an artist, but it helps. The irony is that Hopper was one of the few artists whose careers actually flourished during the Great Depression.


Edward Hopper, Eleven A.M., 1926.
Oil on canvas, 71.3 x 91.6 cm.
Smithsonian Institution, Hirshhorn
Museum and Sculpture Garden,
Washington, D.C.


It takes a pessimist to be able view life through a realist lens. Hopper’s work strikes a chord with people not because it gives them a cheery nod to the future, but because it reflects the banality, solitude, loneliness and boredom of moments in our own lives, and says to us: “Hey, you know what? It’s ok if you want to sit in your knickers and stare out of the window all day − people did it in the 1920s too!” For many of us, it reflects the poignancy of relationships, and the bitterness of a break-up. If there is a couple, the intimacy has gone, and each is resigned to the fate of either an imminent split or a life of regrets, each wallowing in their own well of ‘what ifs’.


Edward Hopper, Summer in the City, 1949.
Oil on canvas, 50.8 x 76.2 cm.
Berry-Hill Galleries, Inc., New York.


Think you can create world-class art with a canvas, some paints, and optimism alone? Then think again, preferably in your underwear, staring into space.

You can still see Hopper’s works at the Hopper exhibition, at the Museo Thyssen-Bornemisza, until 16 September 2012. Get to know the artist, and what made him tick, with this detailed art book about Hopper’s life and times.

Monday, July 9, 2012

La Suède ? La musique peut-être, mais pas la vaisselle !

Boire du champagne dans des flûtes en plastique ? Déguster des huîtres dans des assiettes en carton ? Cela ne vous dit rien ? Franchement, moi non plus…

Du temps de Frédéric II de Prusse, les tables de Fêtes étaient heureusement préservées de l’invasion du tout-jetable… Imaginez plutôt la scène : vous êtes au château de Sans-Soucis, entouré de personnalités du monde des Lettres et des Arts. Lors de dîners, vous croisez parfois Voltaire, invité régulier de Sa Majesté. Vous rencontrez de charmants Messieurs italiens auxquels -paraît-il- le roi lui-même n’était pas insensible… À la lumière des chandelles, vous mangez dans de la porcelaine et buvez des vins français dans du cristal de Bohême ou de Baccarat…



Mais, objecteront certains, ces pièces ont vieilli, et il vaut mieux préférer le standardisé (et le suédois évidemment). S’il est vrai que certaines pièces peuvent paraître franchement kitsch aujourd’hui, d’autres ont su conserver toute leur finesse et toute leur élégance…

Si vous refusez de déguster la dinde aux marrons dans du plastique doré…
Si vous refusez l’hégémonie de la Suède sur les Arts de la table…
… Sa Majesté Frédéric le Grand vous invite à dîner à l’occasion de son 300e anniversaire !

À Berlin, le Museen Dahlem présente China and Prussia. Porcelain and Tea, jusqu’au 31 décembre 2012. À Paris, ce sont aux tables des empereurs de la Chine que le musée du quai Branly vous convie, avec l’exposition Les Séductions du palais : cuisiner et manger en Chine, jusqu’au 30 septembre 2012.

Si les dîners de gala ne sont pas votre tasse de thé, la Porcelaine chinoise (version imprimée / version e-book) vous mettra peut-être l’eau à la bouche…

Friday, July 6, 2012

Porcelana china: de vajilla a obra de arte

En lo primero que pensé cuando supe que tenía que escribir este blog fue en mi abuela y en las figuritas de Lladró que, como cualquier abuela que se precie, tenía en su casa. Luego pensé en las ensaladeras de mi madre, de cerámica de Muel, cuya tradición viene del siglo XIV. Creo que esto último se acerca más al concepto de la porcelana china. Porque ¿cuándo un plato deja de ser un plato para convertirse en obra de arte? ¿es sólo porque ha conseguido superar la prueba de los siglos sin romperse?

Tal vez sea por mi concepto práctico de las cosas, para mí la vajilla puede ser bonita, de calidad, puedo admirar su acabado, el material con el que se ha realizado, la decoración, la maestría del artista... pero nunca será una obra de arte.



Obviamente yo no soy una experta, pero alguien en el Museen Dahlem de Berlín lo es y, afortunadamente para los amantes de la porcelana, no comparte mi opinión. La exposición «China and Prussia. Porcelain and Tea», que conmemora los 300 años del nacimiento de Federico II el Grande, contiene las principales piezas que componían el servicio del rey y se podrá visitar hasta el 31 de diciembre de 2012.

Si te gustan los museos llenos de platos y vasos y prometes estarte quieto y no tocar (como diría mi madre «los ojos los tienes en la cara») puedes acercarte al Museen Dahlem y admirar las magníficas porcelanas en las que en su día comieron y bebieron reyes y emperadores; o quizá te vaya mejor el Musee du quai Branly, en París.  Si eres de los que piensa que los ojos están en las manos pero te interesa el tema, mejor hazte con estos libros magníficamente ilustrados que podrás tocar hasta cansarte.

Das „gute“ Geschirr

Wer kennt das nicht, zum Familiengeburtstag wird das „gute“ Geschirr rausgeholt und zum Kaffeeklatsch und -Tratsch bei der Großmutter stehen die teuren Sammeltassen auf dem Tisch? Die Unterscheidung zwischen Alltagsgeschirr und „gutem“ Porzellan wird zum einen über den materiellen und zum anderen über den emotionalen Wert, den das jeweilige Service für den Besitzer hat, entschieden. In jedem Fall handelt es sich aber um einen Gebrauchsgegenstand, der dem Anlass entsprechend „gebraucht“ wird.

Während ich diese Tradition des „guten“ Geschirrs unglaublich genieße, kann ich die Faszination für Porzellan als Kunstobjekt mitunter nur schwer nachzuvollziehen. Ein an der Wand hängender Teller ist für mich genauso suspekt wie ein WC im Museum, wobei Duchamps „La Fontaine“ zumindest ein Statement, eine Theorie und Bewegung provozierte.

Aber lassen wir uns doch ins 18. Jahrhundert zurück versetzen und versuchen dort zumindest die Faszination für chinesisches Porzellan, eines der Importschlager unter den Luxusgütern, zu entdecken. In bunten Farben strahlen uns die Drachen, Kraniche und Blumen entgegen, Kampfszenen, Landschaften und ganze Geschichten sind unglaublich filigran ausgeführt und technisch gesehen definitiv eine Meisterleistung. Die Vasen, Teller und Teeservice sind Kunst (-Handwerk), bleiben für mich aber immer noch Gebrauchsgegenstände. Vielleicht eroberten sie sich ihren Platz auf den Kaminsimsen und Konsolen in der Zeit Friedrich II. aufgrund der doch recht schweren Beschaffbarkeit, denn Handelsabkommen und Reisezeiten von bis zu zwei Jahren waren notwendig, um das kostbare Gut aus Asien nach Emden zu verschiffen. Rarität und Preis bestimmten den Prestigewert, denn die Motive waren eher zweitrangig – anhand von kollorierten Malvorlagen wurden in China auch europäische Wünsche erfüllt.



So zeigt die Ausstellung China und Preußen. Porzellan und Tee, die in die Veranstaltungsreihe Kunst –König – Aufklärung eingebettet ist, noch bis zum Ende des Jahres eine Auswahl eines von Friedrich II. bestellten Porzellanservices und veranschaulicht zudem die Handelsbeziehungen zwischen China und Preußen. Zeitgenösische Unterstüzung bekommen die Exponate von einer Installation des Künstlers Ai Weiwei. Im Musée du quai Branly können Sie sich derweil in der Ausstellung Les séductions du palais : cuisiner et manger en Chine von der Tradition der Chinesischen Küche und den Essgewohnheiten inspirieren lassen und auch hier eine Auswahl kostbaren Porzellans bewundern.

Wer sich vorab einen Überblick über die verschiedenen Stile des chinesischen Porzellans verschaffen, oder einfch nur die asiatischen Motive genießen möchte, kann sich mit dem wunderschön illustrierten Buch Chinese Porcelain von Parkstone ein kleines Stück „gutes“ Geschirr nach Hause holen.

Is china called china because it’s from China?

Do you have any strong feelings about Chinese porcelain? Because I don’t. And when I wrote to my friends to ask them for some inspiration, neither did they. (One friend told me he found it ‘irresistibly erotic’, but if you ask a stupid question...)

My point is, when I found out that, as part of a celebration to mark Frederick the Great of Prussia’s 300th birthday (posthumously, I might add), the Museen Dahlem is exhibiting his collection of Chinese Porcelain pieces, I was a bit... ambivalent. I can’t even bring myself to hate the idea, that’s how little I care about Chinese porcelain, or indeed porcelain in general. Maybe it’s because I lived through the odd phase of chinoiserie in the late nineties, but to me the Sino-Japanese motifs are very passé, and personally I can’t deal with ornaments cluttering up the place, so an invitation to see a room full of these tea sets and dinner services is just.... not my cup of tea.



Don’t get me wrong, any receptacle designed to hold tea is good in my books, but this is for purely functional reasons. And Chinese porcelain is beautifully and intricately decorated, and I admire the skilled artistry and craftsmanship that goes into each piece, but at the end of the day it’s just a vase or a plate. I’m obviously no expert, but to the average person’s naked eye, who would really be able to tell the difference between a priceless antique and a cheap department store imitation?

Dear old Freddie, however, was a man of much more refined tastes, and even received a tea set personalised with his own coat of arms, which he housed in his own little ‘Chinese House’ where he probably hosted tea-drinking parties. Forget all the ceremony and pomp, I say lets break these cups and saucers out of their protective cabinets, and celebrate Frederick’s birthday the way he would have wanted - with a nice cuppa.

If you promise not to touch, you can go down to the ‘China and Prussia. Porcelain and Tea’ exhibition at the Museen Dahlem in Berlin (until 31 December 2012), to see these pieces with your own eyes. There is also an exhibition on Chinese porcelain that actually used to be eaten off, at the musée du quai Branly until 30 September. If you can’t promise, maybe it would be better to get a book on Chinese Porcelain, which you can touch as much as you like (available in print or as an ebook).

Thursday, July 5, 2012

Y nosotros bailamos

Glorias deportivas aparte, tenemos poco que celebrar en estos tiempos en los que términos como «prima de riesgo», «rescate», «crisis de deuda» y «medidas de austeridad» retumban en nuestros oídos a diario. La situación del desempleo en el mundo se ha vuelto alarmante; casi mil millones de personas padecen hambre y desnutrición; las ventas y las inversiones de Coca-Cola en la India aumentan de forma pronunciada mientras unos 200 millones de indios no disponen de acceso a agua potable; Irán persiste en sus amenazas a Israel; Siria y Turquía movilizan aviones de guerra; los grandes centros comerciales, los automóviles de lujo y los pomposos rascacielos proliferan en países donde la pobreza es un mal endémico; China planea invertir en el turismo de élite en el sureste del Tíbet mientras se suceden las inmolaciones de activistas tibetanos; los bosques de la Comunidad Valenciana se desintegran bajo las llamas, y las esperanzas de acuerdo se desvanecen para los mineros asturianos, aragoneses y leoneses. «El mundo se derrumba», sí señor.

Ni siquiera un solaz como el cine se salva en estos momentos. Este año los Cines Renoir de Zaragoza, de Les Corts, en Barcelona, y de Palma de Mallorca han echado el cierre por falta de negocio. Bastión del cine independiente en versión original, el nombre de estas salas rinde homenaje al cineasta, guionista y actor francés Jean Renoir, cuya obra se inclina hacia la comprensión de las razones que todos tienen en este mundo. ¿Y qué podemos hacer nosotros? «Nosotros nos enamoramos» podría responder algún lector cinéfilo.

Y tendría razón, en tiempos de profunda decepción e incertidumbre, solo el amor nos puede ayudar a no perder la esperanza. No en vano, el amor al cine es lo que ha llevado a un grupo de 900 personas a movilizarse para salvar el Renoir mallorquín, que pronto volverá a abrir sus puertas con el nombre de Cine Ciutat. Al parecer, obtuvieron la idea de unos vecinos de un barrio de Boston que hicieron algo parecido, inspirados quizá por los colonos que se amotinaron en 1773.

Afortunadamente, no faltan ejemplos como este de lo que se puede conseguir con la motivación y el empeño adecuados. Si bien es necesario ser consciente de la terrible realidad del mundo, también es necesario ver la vida con optimismo. Y esto es lo que se ha propuesto el Museum of Fine Arts (aquí están de nuevo los bostonianos en acción) con su exposición Dancing with Renoir, que reúne por primera vez desde 1985 la trilogía de parejas de baile del genial Pierre-Auguste Renoir.


Obras (de izquierda a derecha):
Pierre-Auguste Renoir, Baile en la ciudad, 1883. Óleo sobre lienzo, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, París.
Pierre-Auguste Renoir, Baile en el campo, 1883. Óleo sobre lienzo, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, París.
Pierre-Auguste Renoir, Baile en Bougival, 1883. Óleo sobre lienzo, 181,9 x 98,1 cm.
Museum of Fine Arts, Boston.


Hasta el 3 de septiembre, la galería impresionista se convierte en un salón de baile en el que hasta los más pétreos corazones se reblandecerán con el candor de las mejillas sonrosadas, con los gráciles pasos de baile reflejados en el movimiento de los vestidos y con una sensualidad latente. Las parejas son testigos felices de una época de estabilidad y despreocupación, que Renoir traduce al idioma impresionista con pinceladas rápidas y fragmentadas y con colores vivos que ponen de relieve el escenario de cada baile (París y dos pequeños cafés al aire libre).

No desaproveches la ocasión de darte un baño de optimismo frente al devenir de la vida y baila al son de una época más propicia y luminosa en Boston o a través de las páginas (electrónicas o en papel) de  Renoir y Renoir. Al fin y al cabo, necesitamos el amor para movernos al compás de otros. «El mundo se desmorona y nosotros...». Y nosotros bailamos.

Eng an eng – Dancing with Renoir

Das, was heutzutage als eine altmodische Form der Annäherung an das andere Geschlecht eher belächelt wird, war zu Lebzeiten Pierre-Auguste Renoirs mit dem Paartanz wie Polka oder Walzer, um nur zwei zu nennen, bei gesellschaftlichen Anlässen aller Art der Standard und eine beliebte Beschäftigung im Ballsaal oder im Freien. Renoir bildet in vielen seiner Werke die lebensbejahenden Seiten des Lebens ab, fröhliche gesellschaftliche Zusammenkünfte, das anmutige Zusammenspiel der Tanzenden – Harmonie und Lebensfreude tauchen in vielen seinerGemälde als Grundmotive auf.

Zum ersten Mal seit über 25 Jahren sind die drei etwa zwei Meter hohen Gemälde der tanzenden Paare Renoirs Tanz in Bougival, Tanz auf dem Land und Tanz in der Stadt wieder im Museum of Fine Arts in Boston in einer Ausstellung vereint. Das erste Gemälde gehört dem Bostoner Museum, die beiden anderen sind Leihgaben des Musée d'Orsay in Paris.


Von links nach rechts:
Pierre-Auguste Renoir, Tanz in der Stadt, 1883. Öl auf Leinwand, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Tanz auf dem Land, 1883. Öl auf Leinwand, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Tanz in Bougival, 1883. Öl auf Leinwand, 181,9 x 98,1 cm.
Museum of Fine Arts, Boston.


Seine Lehre als Porzellanmaler zeigt sich in seiner detaillierten Ausführung der Gesichter und der Kleidung, während der in impressionistischer Manier mit raschen, rhythmischen Pinselstrichen und hellen Farben gemalte Hintergrund einem Farbspiel aus Licht- und Schatten gleicht. Durch den verwischten Hintergrund rücken die tanzenden Paare in den Vordergrund. Herausgehoben aus Zeit und Raum genießen die nahezu die gesamte Fläche des Gemäldes einnehmenden und damit fast lebensgroßen Paare ihre Zweisamkeit.

Besonders auf den beiden Gemälden der tanzenden Landbevölkerung herrscht eine entspannte und harmonische Atmosphäre, während die elegant gekleideten städtischen Tänzer passend zu der Atmosphäre des Salons eine gewisse Zurückhaltung pflegen.

Die Gemälde wirken wie Zeugen einer fröhlichen sorgenfreien Zeit und spiegeln eine Form des Amüsements und der sommerlichen Freizeitidyllen wider. Zur Entstehungszeit der Gemälde lag der Preußisch-Französische Krieg bereits mehr als 10 Jahre zurück, die französische Republik schien stabil und die Industrialisierung Frankreichs leitete einen Wirtschaftsaufschwung ein.

Die Leichtigkeit und Heiterkeit der Gemälde können wir auch heute in unstabilen wirtschaftlichen Zeiten als Ablenkung gut gebrauchen. Die Gemälde sind wie eine rosarote Brille, die alles Negative zu filtern vermag und beim Betrachter ein unbeschwertes leichtes Gefühl hinterlässt.

Die Ausstellung „Dancing with Renoir" des Museums of Fine Arts in Boston zeigt die drei Gemälde noch bis zum 3. September. Wenn Sie es nicht nach Boston schaffen, können Sie sich Renoir auch als E-Book mit einer großen Auswahl seiner beeindruckenden impressionistischen Gemälden nach Hause holen.

-C. Schmidt

Jeunes Messieurs, prenez-en de la graine…

Pour la plupart des jeunes Messieurs d’aujourd’hui, il faut bien l’avouer, la danse se limite à sauter dans tous les sens sur de la musique rock…

Eh bien, Mesdemoiselles, figurez-vous qu’il était un temps où ces Messieurs savaient encore se tenir dans les soirées dansantes - les boîtes de nuit de l’époque…Un temps que, malheureusement les moins de 20 ans, etc.

S’ils n’étaient pas des princes de contes de fées - qui eux aussi savent tous danser, vous l’aurez remarqué …- ils savaient au moins faire virevolter, tournoyer, chavirer (?) leur cavalière !


De gauche à droite:
Pierre-Auguste Renoir, Danse à la ville, 1883. Huile sur toile, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Danse à la campagne, 1883. Huile sur toile, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Danse à Bougival, 1883. Huile sur toile, 181,9 x 98,1 cm.
Museum of Fine Arts, Boston.


Regardez ces trois dames : une a les yeux mi-clos, l’autre s’appuie délicatement sur son partenaire, la troisième a les yeux délicieusement baissés à l’approche d’un baiser. Trois couples en train de danser, trois instants d’éternité. Renoir : la grâce d’un instant d’abandon capturé pour toujours sur la toile, la magie d’un présent éternel et d’un futur plein de promesses…

À bon entendeur…

Entrez dans la danse, au Museum of Fine Arts de Boston, qui présente ces trois chefs-d’œuvre jusqu’au 3 septembre 2012.

En attendant, immergez-vous dans l’univers chatoyant et sensuel de Renoir, en parcourant les pages de Renoir (version imprimée + version e-book).

Wednesday, July 4, 2012

Romance us please, Renoir

For the first time in 26 years, Renoir’s trio of amorous dancing couples are reunited in Boston’s Museum of Fine Arts. And boy, do we need some romance in our lives.

Life is far from peachy at the moment in the West: stagnating economies, rising unemployment, a proliferation of extreme right-wing ideologies, decreasing social mobility, and the oxymoronically-phrased ‘negative growth’ all give rise to a rather bleak outlook. Is it any wonder that, whilst many young Westerners escape to the East in search of more prosperous times, those left on the sinking ship turn to drink, drugs, and dangerous driving in order to forget about the futility of their futures?

I may be exaggerating a little but, in these times, many of us are looking for a distraction, or getting ourselves fitted for rose-tinted glasses. This is where the Museum of Fine Arts Boston has been shrewd. The current climate is an ideal time to display three of Renoir’s pink-cheeked, quivering-bosomed Mesdames in the arms of wandering-handed Messieurs, deep in the throes of love, pressing themselves against each other as if they are the only two people in the ballroom/park/countryside.


From left to right:
Pierre-Auguste Renoir, Dance in the City, 1883. Oil on canvas, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Dance in the Country, 1883. Oil on canvas, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, Paris.
Pierre-Auguste Renoir, Dance at Bougival, 1883. Oil on canvas, 181.9 x 98.1 cm.
Museum of Fine Arts, Boston.


This is for two reasons; firstly, it harks back to a simpler time, where their only care in the world was to drink as much wine and to make as much merriment as possible, and possibly to catch the eye of a potential suitor. Secondly, it represents a much more innocent and romantic type of romance. Renoir depicts the thrill of the dance, the anticipation that somewhere, under half a dozen petticoats and a very confusing contraption masquerading as underwear, there is something worth the trouble to undress for. Grinding to Dubstep in high heels and a tea towel just doesn’t convey the same... tenderness.

This exhibition should come with a disclaimer: you may go in an embittered, old, shrivelled-up hag with a charcoal heart, but you will come out drooling like a teenage girl, who has just discovered that boys really don’t have cooties after all. And maybe, maybe that’s just what we need right now.

If you want to dance with Renoir in person*, the Museum of Fine Arts Boston will be displaying these three paintings until 3 September. If you can’t make it to Boston, you can drool over Renoir from afar with this art book, available in both print and digital formats, including many more of his impressive impressionist paintings.

*There is no guarantee that Renoir will be there in person.

Monday, July 2, 2012

Tiempos de pasión y la pasión de aquellos tiempos

Hasta el 12 de agosto el Nationalmuseum de Estocolmo acoge «Passions – Five Centuries of Art and the Emotions», una exposición dedicada a las emociones humanas y a su lectura por parte de diversos artistas desde el siglo XVI hasta la actualidad.

La muestra abrió sus puertas el pasado 28 de marzo, en plenas vísperas de la Semana Santa, y eso nos lleva a pensar directamente en la Pasión por antonomasia, la que padeció Jesucristo para redimir a la humanidad. ¡Y cuánto juego ha dado su sufrimiento desde entonces! Artistas de todas procedencias, adscripciones y confesiones han tratado de imaginar el semblante del Hijo de Dios y darle forma. Profunda tristeza, exaltación, ira, temor, perturbación, traición, gozo, desconsuelo, dignidad, dolor, abatimiento, pesar, muerte... ¿Cómo se reflejan todos estos factores en nuestra fisionomía? ¿Se pueden estandarizar las manifestaciones somáticas de la «ira sosegada», del «goce de estar triste» o del «dulce tormento»? ¡Qué tema tan apasionante la pasión!

Y es que, lejos de su significación etimológica, lo que despierta pasiones en la actualidad no son tanto los tormentos como nuestras inclinaciones y afectos. Así, nos apasionamos por el fútbol, por las causas justas, por la política, por la lexicografía, por los bailes de salón, por el vino, por el arte. ¿Y acaso hay algo más pasional que el amor? Ahora bien, ¿cómo se representa un rostro enamorado? ¿Con un emoticono de mirada perdida y corazones que se desvanecen en el aire? El amor parte de la propia insuficiencia, por lo que solo se puede retratar en contexto. Se refleja en un cruce de miradas, en un encuentro, en un gesto... en un beso.


Francesco Hayez, El beso, 1859.
Óleo sobre lienzo, 110 x 88 cm.
Pinacoteca di Brera, Milán.


Los besos apasionados son el resultado de un impulso amoroso y el final indispensable de cualquier superproducción de Hollywood que se precie o de una telenovela que cause sensación. Pero aparte de alguna que otra muestra de chabacanería y sentimentalismo, el buen cine, la fotografía, la literatura, la escultura y la pintura nos han dejado ejemplos de besos inolvidables, como el de Holly y Paul en Desayuno con diamantes, el famoso beso robado del marine a la enfermera en Times Square, el «legítimo beso» de Romeo a la yaciente Julieta, El eterno ídolo (1889) de Rodin, Psiqué reanimada por el beso del Amor (1787-1793) de Canova o las representaciones de los jóvenes y trágicos amantes Francesca da Rimini y Paolo Malatesta. El beso de Hayez que ilustra estas letras nos convierte en testigos impertinentes de un beso clandestino, tierno, hermoso, deseado, lleno de nostalgia y melancolía y apasionadamente intenso. Todos estos besos, plagados de matices, algunos tiernos y otros envenenados, sujetos a mil y una interpretaciones, nos estremecen y encienden en nosotros una pasión que puede ser feliz, arrebatadora, triste o desconsolada, pero en ningún caso indiferente.

Pon en práctica tus dotes de intérprete de emociones y no te pierdas la exposición en Estocolmo o conmueve tu pasión con las arrebatadoras ilustraciones del amor de Love. Y si has progresado tanto en el amor que ya no te alcanza el mundo para otra cosa, como escribió García Márquez, continúa deleitándote en las artes amatorias con Desnudos, Fotografía erótica y Dibujos eróticos.

Liebe und Leidenschaft

Liebe, Angst, Trauer, Freude und Lust sind Gefühle, mit denen wohl jeder schon einmal konfrontiert worden ist. Resultierend aus Emotionen, die wiederum eine Folge aus verschiedenen im Körper ablaufenden chemischen Reaktionen sind, die dann im Gehirn zu einem dieser Gefühle verarbeitet werden und anschließend in der Kontraktion verschiedener, die Gestik und Mimik beeinflussender Muskeln für unsere Umwelt sichtbar werden.

Die Rationalität eines Gefühls und seiner Entstehung erscheint in der Selbsterfahrung jedoch häufig irrational, und so ist es auch für den Menschenkenner nicht immer ein Leichtes, verschiedene Gefühlsregungen seines Gegenüber richtig zu deuten. Das mit oder über jemanden Lachen, kann ähnlich missverstanden werden wie das Weinen vor Freude, Wut oder Trauer.

Während die Deutung der Gestik und Mimik eines Gegenüber mitunter schon schwierig sein kann, sehen wir uns ebenso mit dem Versuch konfrontiert, die Empfindungen einer Mona Lisa, eines Pygmalion oder einer geraubten Europa, gelegentlich fast verzweifelnd, nachzuempfinden.


Dante Gabriel Rossetti, Paolo and Francesca da Rimini, 1867.
Aquarell, Gouache und arabischer Gummi über Bleistift auf zwei Blättern Papier, 43,7 x 36,1 cm.
National Gallery of Victoria, Melbourne.


Selbst der auf den ersten Blick recht unmissverständlich erscheinende Kuss ist nicht nur Ausdruck der Lust, der puren Leidenschaft oder gar der Liebe, er kann ebenso nur freundschaftlicher Natur sein oder verräterisch.

Besonders faszinierend ist das seit Jahrhunderten sichtbare Interesse der Künstler an der Darstellung der menschlichen Empfindungen, in ihrer Schönheit und gesamten Differenziertheit. Die Herausarbeitung von Gestik und Mimik sowie die Einbettung in eine das Gefühl widerspiegelnde Bildatmosphäre mit flirrenden Farben, dunklen Räumen oder abstrakten Formen geben dem Betrachter die Möglichkeit, die Liebe, Wut, Angst und Freude nachzuvollziehen, garantieren aber nicht immer eine ultimative Antwort. So verlangt auch der romantische Kuss häufig nach der Geschichte der Liebenden, um ihn besser verstehen zu können.


Francesco Hayez, Der Kuss, 1859.
Öl auf Leinwand, 110 x 88 cm.
Pinacoteca di Brera, Milan.


Vielleicht ist es aber gerade diese kleine, bis zuletzt offen gehaltene und übrig bleibende Unklarheit über das Gefühl, die die Magie der Darstellungen ausmacht.

Noch bis zum 12. August 2012 können Sie im schwedischen Nationalmuseum in Stockholm in der Ausstellung Passions – Five Centuries of Art and the Emotions Künstler auf ihrer Entdeckungsreise des menschlichen Gefühls begleiten oder sich mit diesem wunderschön illustrierten Buch Love im handlichen Geschenkformat die Liebe zumindest visuell schon einmal nach Hause holen.

 

Wenn Sie sich mehr für den physischen Aspekt der Liebe und zwischenmenschlichen Beziehung interessieren, sollten Sie unbedingt einen Blick in unsere Bildbände Erotische Kunst, Encyclopædia Erotica und Das erotische Foto werfen.