Entre las arriesgadas operaciones que lo llevaron a ser quien fue, Vollard obsequió algunos cuadros a Pablo Picasso a cambio de una extensa colección de grabados que se conocen como la «Suite Vollard». Pocos son los museos que se pueden enorgullecer de poseer una serie completa de estos grabados. Por ello, el British Museum ha organizado la exposición «Picasso Prints. The Vollard Suite» para presentar al público los 100 grabados que ha conseguido reunir gracias a la generosa donación de la Hamish Parker Charitable Trust.*
Este «diario visual», de líneas sencillas y limpias y con un marcado estilo neoclásico, expresa los pensamientos, las ideas y las preocupaciones del que bien podría ser el artista más importante del siglo XX en la época en la que fueron realizados, entre 1930 y 1937. Con la guerra civil española como trasfondo, Picasso vivía en el castillo Boisgeloup, a las afueras de París, donde se dedicaba a realizar esculturas y a «hacer grandes cosas» junto a su musa y amante, la joven Marie-Thérèse Walter. Los grabados para Vollard reflejan la mitología personal del artista, que utiliza al minotauro, al toro-ganadero, como reflejo de sí mismo, de las emociones descontroladas y de la violencia y brutalidad que mueven el mundo.
La serie concluye con tres grabados del editor, sobre quien Picasso afirmó que «era un hombre tan vanidoso como una mujer», ya que «ni siquiera la mujer más bella del mundo había sido retratada con tanta asiduidad». En cualquier caso, este negocio no fue especialmente provechoso para Vollard, ya que falleció en un accidente de coche antes de que se realizaran todas las impresiones que había previsto.
Retrato de hombre con barba, Ambroise Vollard, 1937.
Grabado, placa 100 de la «Suite Vollard».
The British Museum, Londres.
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