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Friday, June 7, 2013

Un amor de película

La historia del arte está llena de anécdotas que hoy entrarían sin problema en la crónica rosa de los programas de televisión más vistos de la hora de la siesta. Hay historias de amistad, odio, pasión, envidia, codicia y, cómo no, también amor. En esta última categoría, el arte moderno tiene pocas historias más de película que la que vivieron la pintora Georgia O’Keeffe y el fotógrafo Alfred Stieglitz.

Alfred Stieglitz y Georgia O'Keeffe, 1929. Yale Collection of American Literature, New Haven, CT.
Alfred Stieglitz y Georgia O'Keeffe, 1929.
Yale Collection of American Literature, New Haven, CT.


Se enamoraron perdidamente después de conocerse en la galería de arte de vanguardia que Stieglitz regentaba en Nueva York, la mítica 291. Ella, que llegaría a ser la primera mujer en tener una retrospetiva en el MoMA, era entonces una desconocida.

Wednesday, May 29, 2013

Amor es más

Pensamos en amor y lo primero que nos viene a la mente es una pareja, amantes, novios, matrimonio,... Y no nos damos cuenta de lo estrecho de nuestro pensamiento. Porque en realidad ¿qué es el amor? Parece que en la sociedad de hoy este concepto se ha reducido a su vertiente romántica, dejando a un lado el amor a los amigos, a la familia, a una divinidad (o varias, a gusto del lector), a otras personas por el mero hecho de ser humanas, a los animales, amor a las artes, al buen tiempo (un día de primavera en el parque), a la naturaleza, incluso a las cosas.

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Gustav Klimt, El beso, 1907-1908.
Óleo sobre lienzo, 180x180 cm.
Österreichische Galerie, Viena.


Tuesday, February 26, 2013

Amor por todas

El 14 de febrero es un día tan bueno como cualquier otro para hablar de atunes, de huelgas de basura, de icebergs, de comida vegetariana o de ballenas asesinas, pero por una vez vamos a hacerle caso al tópico... Hablemos de amor en el día de los Enamorados.

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Gustav Klimt, Liebe, 1895. Óleo sobre lienzo, 60 x 44 cm. Kunsthistorisches Museum, Viena.


Tres instituciones de arte en tres ciudades han decidido colaborar en un proyecto único acerca del amor como emoción universal desde tres ángulos distintos: el amor como ideal, el amor como una experiencia de vida y el amor como pérdida. Se trata de «The Progress of Love» y tendrá lugar en The Menil Collection, Houston (Texas); The Pulitzer Foundation for the Arts, Saint Louis (Misuri), y Centre for Contemporary Art, Lagos (Nigeria). Concretamente, en The Menil Collection se explora cómo el lenguaje, los medios de comunicación, las tradiciones culturales y los factores socioeconómicos, entre otros aspectos, modelan las imágenes y las expectativas del amor. En The Pulitzer Foundation for the Arts se abordará el complejo e intrincado proceso histórico, tecnológico y económico que afecta la expresión y experiencia del amor. Y, finalmente, en el Centre for Contemporary Art nos propondrán preguntas acerca del tema, y problema, del amor por medio de instalaciones innovadoras que carecen de apoyo promocional o crítico en el mundo del arte contemporáneo nigeriano.

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Jean-Honoré Fragonard, Le verrou, hacia 1777. Óleo sobre lienzo, 74 x 94 cm. Musée du Louvre, París.


¿Es realmente universal el amor? En mis clases de religión de primaria aprendí que el Amor Universal –con mayúsculas– es el que siente Dios por la humanidad, mientras que los demás tipos de amor –amor romántico, amor filial, amor fraternal, amor social, amor comunal, amor sexual...– son exclusivos. No obstante, pretendamos por una vez que el amor como experiencia, sea del tipo que sea, es común a todos los seres humanos, exploremos el tópico en sus diversas fases, y mañana ya nos preocuparemos por saltar los montones de basura mientras vamos al restaurante vegetariano a probar un nuevo plato de ballenas, o tofu, asesinos.

Si quieres profundizar en estos temas en el trayecto al restaurante puedes encontrar más información en este ebook de Jp. A. Calosse.

«The progess of Love»:

http://www.theprogressoflove.com/

The Menil Collection:

http://www.menil.org/exhibitions/LoveandAfrica.php

The Pulitzer Foundation for the Arts:

http://www.pulitzerarts.org/exhibitions/

Centre for Contemporary Art :

http://www.ccalagos.org/current-exhibition

Thursday, July 5, 2012

Y nosotros bailamos

Glorias deportivas aparte, tenemos poco que celebrar en estos tiempos en los que términos como «prima de riesgo», «rescate», «crisis de deuda» y «medidas de austeridad» retumban en nuestros oídos a diario. La situación del desempleo en el mundo se ha vuelto alarmante; casi mil millones de personas padecen hambre y desnutrición; las ventas y las inversiones de Coca-Cola en la India aumentan de forma pronunciada mientras unos 200 millones de indios no disponen de acceso a agua potable; Irán persiste en sus amenazas a Israel; Siria y Turquía movilizan aviones de guerra; los grandes centros comerciales, los automóviles de lujo y los pomposos rascacielos proliferan en países donde la pobreza es un mal endémico; China planea invertir en el turismo de élite en el sureste del Tíbet mientras se suceden las inmolaciones de activistas tibetanos; los bosques de la Comunidad Valenciana se desintegran bajo las llamas, y las esperanzas de acuerdo se desvanecen para los mineros asturianos, aragoneses y leoneses. «El mundo se derrumba», sí señor.

Ni siquiera un solaz como el cine se salva en estos momentos. Este año los Cines Renoir de Zaragoza, de Les Corts, en Barcelona, y de Palma de Mallorca han echado el cierre por falta de negocio. Bastión del cine independiente en versión original, el nombre de estas salas rinde homenaje al cineasta, guionista y actor francés Jean Renoir, cuya obra se inclina hacia la comprensión de las razones que todos tienen en este mundo. ¿Y qué podemos hacer nosotros? «Nosotros nos enamoramos» podría responder algún lector cinéfilo.

Y tendría razón, en tiempos de profunda decepción e incertidumbre, solo el amor nos puede ayudar a no perder la esperanza. No en vano, el amor al cine es lo que ha llevado a un grupo de 900 personas a movilizarse para salvar el Renoir mallorquín, que pronto volverá a abrir sus puertas con el nombre de Cine Ciutat. Al parecer, obtuvieron la idea de unos vecinos de un barrio de Boston que hicieron algo parecido, inspirados quizá por los colonos que se amotinaron en 1773.

Afortunadamente, no faltan ejemplos como este de lo que se puede conseguir con la motivación y el empeño adecuados. Si bien es necesario ser consciente de la terrible realidad del mundo, también es necesario ver la vida con optimismo. Y esto es lo que se ha propuesto el Museum of Fine Arts (aquí están de nuevo los bostonianos en acción) con su exposición Dancing with Renoir, que reúne por primera vez desde 1985 la trilogía de parejas de baile del genial Pierre-Auguste Renoir.


Obras (de izquierda a derecha):
Pierre-Auguste Renoir, Baile en la ciudad, 1883. Óleo sobre lienzo, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, París.
Pierre-Auguste Renoir, Baile en el campo, 1883. Óleo sobre lienzo, 180 x 90 cm.
Musée d’Orsay, París.
Pierre-Auguste Renoir, Baile en Bougival, 1883. Óleo sobre lienzo, 181,9 x 98,1 cm.
Museum of Fine Arts, Boston.


Hasta el 3 de septiembre, la galería impresionista se convierte en un salón de baile en el que hasta los más pétreos corazones se reblandecerán con el candor de las mejillas sonrosadas, con los gráciles pasos de baile reflejados en el movimiento de los vestidos y con una sensualidad latente. Las parejas son testigos felices de una época de estabilidad y despreocupación, que Renoir traduce al idioma impresionista con pinceladas rápidas y fragmentadas y con colores vivos que ponen de relieve el escenario de cada baile (París y dos pequeños cafés al aire libre).

No desaproveches la ocasión de darte un baño de optimismo frente al devenir de la vida y baila al son de una época más propicia y luminosa en Boston o a través de las páginas (electrónicas o en papel) de  Renoir y Renoir. Al fin y al cabo, necesitamos el amor para movernos al compás de otros. «El mundo se desmorona y nosotros...». Y nosotros bailamos.

Monday, July 2, 2012

Tiempos de pasión y la pasión de aquellos tiempos

Hasta el 12 de agosto el Nationalmuseum de Estocolmo acoge «Passions – Five Centuries of Art and the Emotions», una exposición dedicada a las emociones humanas y a su lectura por parte de diversos artistas desde el siglo XVI hasta la actualidad.

La muestra abrió sus puertas el pasado 28 de marzo, en plenas vísperas de la Semana Santa, y eso nos lleva a pensar directamente en la Pasión por antonomasia, la que padeció Jesucristo para redimir a la humanidad. ¡Y cuánto juego ha dado su sufrimiento desde entonces! Artistas de todas procedencias, adscripciones y confesiones han tratado de imaginar el semblante del Hijo de Dios y darle forma. Profunda tristeza, exaltación, ira, temor, perturbación, traición, gozo, desconsuelo, dignidad, dolor, abatimiento, pesar, muerte... ¿Cómo se reflejan todos estos factores en nuestra fisionomía? ¿Se pueden estandarizar las manifestaciones somáticas de la «ira sosegada», del «goce de estar triste» o del «dulce tormento»? ¡Qué tema tan apasionante la pasión!

Y es que, lejos de su significación etimológica, lo que despierta pasiones en la actualidad no son tanto los tormentos como nuestras inclinaciones y afectos. Así, nos apasionamos por el fútbol, por las causas justas, por la política, por la lexicografía, por los bailes de salón, por el vino, por el arte. ¿Y acaso hay algo más pasional que el amor? Ahora bien, ¿cómo se representa un rostro enamorado? ¿Con un emoticono de mirada perdida y corazones que se desvanecen en el aire? El amor parte de la propia insuficiencia, por lo que solo se puede retratar en contexto. Se refleja en un cruce de miradas, en un encuentro, en un gesto... en un beso.


Francesco Hayez, El beso, 1859.
Óleo sobre lienzo, 110 x 88 cm.
Pinacoteca di Brera, Milán.


Los besos apasionados son el resultado de un impulso amoroso y el final indispensable de cualquier superproducción de Hollywood que se precie o de una telenovela que cause sensación. Pero aparte de alguna que otra muestra de chabacanería y sentimentalismo, el buen cine, la fotografía, la literatura, la escultura y la pintura nos han dejado ejemplos de besos inolvidables, como el de Holly y Paul en Desayuno con diamantes, el famoso beso robado del marine a la enfermera en Times Square, el «legítimo beso» de Romeo a la yaciente Julieta, El eterno ídolo (1889) de Rodin, Psiqué reanimada por el beso del Amor (1787-1793) de Canova o las representaciones de los jóvenes y trágicos amantes Francesca da Rimini y Paolo Malatesta. El beso de Hayez que ilustra estas letras nos convierte en testigos impertinentes de un beso clandestino, tierno, hermoso, deseado, lleno de nostalgia y melancolía y apasionadamente intenso. Todos estos besos, plagados de matices, algunos tiernos y otros envenenados, sujetos a mil y una interpretaciones, nos estremecen y encienden en nosotros una pasión que puede ser feliz, arrebatadora, triste o desconsolada, pero en ningún caso indiferente.

Pon en práctica tus dotes de intérprete de emociones y no te pierdas la exposición en Estocolmo o conmueve tu pasión con las arrebatadoras ilustraciones del amor de Love. Y si has progresado tanto en el amor que ya no te alcanza el mundo para otra cosa, como escribió García Márquez, continúa deleitándote en las artes amatorias con Desnudos, Fotografía erótica y Dibujos eróticos.