Tuesday, October 16, 2012

Warhol, un estratega de la imagen

¿Qué tienen en común Miguel Ángel, Rafael, Marcel Duchamp, Hopper, Alberto Durero, Leonardo da Vinci, Alphonse Mucha, Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Renoir y J. M. W. Turner, entre otros? Todos ellos han sido clasificados como «el artista más influyente» de un período histórico, de un movimiento, de un grupo artístico, de un país... No obstante, parece que ya se han cubierto todas las categorías posibles y los genios revolucionarios pululan de tal forma que cada vez se deben acotar más los radios de influencia. Así, la nueva exposición del MET, «Regarding Warhol: Sixty Artists, Fifty Years», nos plantea la pregunta de si Andy Warhol fue el artista más influyente del último medio siglo, esto es, de los últimos cincuenta años... ¿Cincuenta años? ¿Qué será lo próximo? ¿El primer cuarto del siglo XXI? ¿Los tres años que siguieron al 2001? ¿La primera mitad del mes de enero del 2009? ¿Los días previos al 21 de diciembre de este año? (Desde luego, puestos a seleccionar, en los dos últimos meses, pocos artistas han tenido la resonancia de la señora Cecilia de Borja).

Andy Warhol vaticinó que, en el futuro, todo el mundo tendría sus 15 minutos de fama, e iba bien encaminado con respecto a la televisión, pero se quedó algo corto. En la era de Internet, todos se esfuerzan por tener su «minuto de gloria» y pronto será preciso disputarse cada segundo de atención pública... No sé qué opinaría Warhol de la situación actual, pero no cabe duda de que se sentiría muy satisfecho de la presencia e impronta de su legado en este siglo XXI que estrenamos hace no tanto. Al fin y al cabo, se sentía fascinado por el arte como lucro.

Uno de los motivos por los que el MET limita su influencia a medio siglo es que la soberanía del panorama artístico del siglo XX se ha atribuido a Picasso de forma casi unánime (y que conste que he dicho «casi»). Se dice que cuando Warhol supo que Picasso dejó a su muerte un patrimonio de 4.000 obras, decidió que su vocación sería convertirse en «artista por número de páginas» para igualar de esa forma la labor creadora de imágenes de Picasso. Si bien no tenía la hiperactividad (y muchos dirán que tampoco lo acompañaba el genio) del malagueño, lo cierto es que sólo hay que prestar un poco de atención para ver que la huella de Warhol está en todas partes. Una de las cosas que más le maravillaba de Estados Unidos, según afirmaba en su libro Mi filosofía de A a B y de B a A, era que «los consumidores más ricos compran esencialmente las mismas cosas que los más pobres» y le fascinaba la Coca-Cola porque la que bebe el mendigo de la esquina es tan buena como la que se puedan tomar Amancio Ortega o Paris Hilton. Por ello, se apropió de la Coca-Cola y, al hacerlo, consiguió acercar el arte a todo el mundo.


Green Coca-Cola Bottles (Botellas verdes de Coca-Cola), 1962.
Seda, acrílico y grafito sobre lienzo, 209,2 x 144,8 cm.
Whitney Museum of American Art, Nueva York.
© 2012 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / Artists Rights Society (ARS), Nueva York


El MET explora cinco facetas temáticas de Warhol: su fascinación por las imágenes cotidianas, el consumismo banal, el auge de los sensacionalismos; las celebridades y los protagonistas de las crónicas de papel cuché; la crudeza y la importancia de la sexualidad; la reubicación de objetos cotidianos en series infinitas; y la colaboración artística con otros creadores y la fascinación por crear entornos que envolvieran al espectador. Para ello, toma las obras de sus epígonos y permite que los visitantes asistan al diálogo que se establece entre todas ellas; un diálogo «pop» que ha cumplido ya los cincuenta y que, previsiblemente, tendrá una vida longeva y (esperemos) controvertida, genial, lunática y arrebatadora.

Warhol fue un observador incansable, mordaz, crítico, que se propuso cambiar el arte. La decisión de si lo logró o no, te la dejo a ti (no me gustaría robarte tu segundo de estrellato). Las puertas de la exposición de Nueva York estarán abiertas hasta el 31 de diciembre y, si no te puedes pasar por allí, este ebook de Gerry Souter está a tu disposición allí donde estés.

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