Haciendo un trabajo a medio camino entre los paparazzis y los cazadores de tendencias, los impresionistas, en su afán por retratar la vida urbana de la época, se convirtieron en pintores de la moda (que no de moda, la mayoría del público los denostaba). Desde los bailes de Renoir a las noches de ópera de Mary Cassat, podemos encontrar en sus cuadros a la gente «in» del París del Moulin Rouge y sus distintos modelitos de día y noche. ¿Os recuerda a algo?
Mary Cassatt, Lidia en el teatro, , c. 1879.
Pastel, 53,3 x 43,2 cm.
The Nelson-Atkins Museum of Art , Kansas City, Missouri.
Mary Cassatt, Mujer con collar de perlas en un palco, 1879.
Óleo sobre lienzo, 81,3 x 59,7 cm.
Philadelphia Museum of Art, Filadelfia
Y es que el ansia de retratar la vida cotidiana segundo a segundo nació mucho antes de que se inventaran los móviles con cámara (sí, esos que te bajas un programa y ya te crees que eres fotógrafo profesional). Visto el éxito y la estima en que ahora tenemos a estos reformadores de la pintura, ¿sería posible que en un par de siglos que viene se expusieran en los museos esas fotos que tanto nos molestan ahora en las redes sociales? (desde aquí quiero hacer un llamamiento: sí, es posible comer sin hacerle una foto al plato, ¡no todo el mundo quiere ver el aspecto de tu comida por más que el restaurante tenga estrellas Michelín! Fotos gastronómicas en revistas gastronómicas. Gracias.) Por nuestro bien, espero que no y que recuperemos el sentido común en algún momento.
Pierre August Renoir, Baile en el Moulin de la Galette, 1876.
Óleo sobre lienzo, 131 x 175 cm.
Musée d’Orsay, París.
Si te interesan estos «pioneros» del papel couché, o la vida y moda del París del XIX, acércate a «L’impressionisme et la mode», en el Musée d’Orsay del 25 de septiembre de 2012 al 20 de enero de 2013 o, si prefieres disfrutar a tu aire del encanto y la elegancia del siglo XIX, llévate a casa el estudio de Nathalia Brodskaya sobre el Impresionismo en forma de ebook.
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