Veamos, por ejemplo, el Juicio Final (1425-1430) de Fra Angelico. En la obra del beato, una corte angélica rodea al Cristo entronado, a quien también acompañan el Bautista, la Virgen y los santos. Con la mano derecha señala al Cielo, mientras con la izquierda nos advierte del destino infernal que espera a los impíos. A la derecha de la composición, un grupo de ángeles guía a los virtuosos hacia una de las mansiones celestiales del Paraíso, que se representa como un hermoso jardín, para que se reúnan con sus seres queridos. A la izquierda, se nos aparece una escena tenebrosa: figuras demoníacas arrastran a los réprobos al Infierno, donde deberán sufrir una eternidad de angustias. En el foso más profundo, el Príncipe de las Tinieblas devora a tres pecadores mientras retiene a otros dos entre sus garras.
Estas imágenes, que en su época despertaron terror, se observan con descreimiento en la actualidad. La contraposición entre la divinidad estática y la exaltación siniestra del sufrimiento resulta cuanto menos risible. ¿Qué necesidad hay de rodear la muerte de terrores, tormentos y condenación eterna? ¿Debemos vivir en oración y recogimiento para prepararnos para la vida después de la muerte o más bien deberíamos aplicar el concepto griego de la «buena muerte» y abordarla con serenidad como el colofón de una buena vida?
Para reflexionar sobre esta y otras representaciones cargadas de simbolismo religioso, no te pierdas la exposición sobre las representaciones de la muerte en la Edad Media «Heaven, Hell, and Dying Well: Images of Death in the Middle Ages» que acoge The J. Paul Getty Museum hasta el 12 de agosto de 2012. Si te pilla un poco lejos, no dudes en llevártelas a casa con Art of the Devil, un ebook de arte de gran calidad que contiene abundantes imágenes sobre la vida después de la muerte, inspiradas en los mayores temores de los artistas.
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