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Tuesday, October 9, 2012

Ecce Homo

Lorsque je lis ce titre, la première chose qui me vient à l’esprit est d’imaginer cet homme.

"Voici l’Homme" signifie pour moi la venue, la présentation d’une personne monumentale, forte, venant s’imposer en conquérant devant une foule de fanatiques qui l’ovationnerait, l’idolâtrerait, tel un Mick Jagger ou un Iggy Pop pendant un concert.

En histoire de l’art, cette expression, aussi connue sous le terme "Ecce homo", est bien différente de ce que nous pouvons nous imaginer.

Cet Ecce Homo, est en réalité le Christ, flagellé, couronné d’épines et présenté à la foule par Ponce Pilate avant sa crucifixion. Très loin de l’assurance dont je parlais au début de cet écrit, le Christ de Heemskerck est représenté comme abattu, soumis, découragé et acceptant sa sentence.

Heemskerck s’inscrit dans la tendance de l’époque innovant toutefois par son style bien personnel, s’inspirant de l’art italien et de Michel-Ange par l’utilisation d’une couleur brillante et de l’art flamand par l’expressivité des personnages. Une autre particularité des œuvres de Heemskerck résulte dans l’importance des détails, notamment au niveau des drapés des personnages, ainsi que la musculature du Christ qui, accentuée par les jeux de lumière m’a interpellée dès le premier coup d’œil. Se pourrait-il donc au final que je retrouve une esquisse de la personne que je m’étais imaginée ? Peut-être.

Comme l’écrit, Ernest Renan dans Le Christ dans l’art: "les représentations nombreuses du Christ illustrent la fascination que ce dernier exerce sur les artistes". Bien qu’il soit représenté parfois sous des aspects différents,  il est vrai que nous retrouvons généralement toujours les mêmes scènes de la vie du Christ ; la crucifixion, la flagellation, la résurrection. Quelques questions me viennent alors en tête : ces trois épisodes résument-ils toute sa vie ? Au final, que connaît-on du Christ ? Pourquoi suscite-t-il tant de débats et pourquoi se pose-t-on autant de questions sur sa vie et sur une éventuelle relation avec Marie-Madeleine ?

Probablement, comme le dit Ernest Renan, parce que le Christ fascine.

 


Maerten van Heemskerck, Ecce Homo, 1544,
Huile sur toile, 74 1/4 x 102 3/8 x 5 3/16 cm.
Muzeum Narodowe w Warszawie


 

Ce retable de Heemskerck est exposé pour la première fois en dehors de l'Europe au Getty Museum de Los Angeles du 5 juin 2012 au 13 janvier 2013 grâce au prêt du Musée National de Varsovie et s’inscrit dans le cadre des recherches sur les techniques de peinture de la Renaissance.

 

http://www.amazon.fr/Le-Christ-dans-lart-ebook/dp/B0084FADJ6

Tuesday, September 18, 2012

Ecce homo, ved aquí al hombre

Solo puedo decir que estoy francamente impresionada por la campaña publicitaria que ha lanzado el Getty para promocionar la muestra dedicada al recién restaurado retablo del maestro renacentista holandés Maerten van Heemskerck (1498-1574), «Drama and Devotion: Heemskerck’s “Ecce Homo” Altarpiece from Warsaw»... Contratar a una devota y bienintencionada octogenaria para «retocar» un eccehomomenor en una pequeña iglesia española con un resultado tan ridículamente jocoso que se convierta en el tema del momento y que ponga los Cristos y las restauraciones de arte de primerísima actualidad... No puedo más que rendirme a los pies de ese genial e increíblemente retorcido publicista en cuyas manos Internet es poco más que una redecilla de pelo. Supongo que no se podían permitir que tantos meses de trabajo quedaran en la sombra.

Bromas, memes y contenido viral aparte, los estudios realizados han sacado a la luz importantes datos sobre la técnica y el estilo del virtuoso Heemskerck. Entre otros descubrimientos, el equipo de restauradores ha podido comprobar que se habían producido notables variaciones en el color, que es uno de los elementos que dotaba de dramatismo a esta gran pieza. No obstante, pese a que los trabajos parecen haber sido impecables, el tema de la restauración de obras maestras del arte levanta polémica allá donde se deja oír. La intervención de los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina es, discutiblemente, el proyecto que más conflicto ha generado hasta el momento, ya que muchos expertos aseguran que las sombras y el trabajo de carbón de Miguel Ángel se perdieron con la restauración. Afortunadamente, la reparación del Ecce Homo de Heemskerck es un ejemplo destacado de las virtudes de la restauración de arte, como también lo es la obra más afamada y singular de otro de sus contemporáneos, El jardín de las delicias de El Bosco.


Hieronymus Bosch, El Bosco, El jardín de las delicias (detalle), c. 1500-1501
Óleo sobre tabla, 220 x 389 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid.


Las obras de Heemskerck, de El Bosco y de otros artistas inmortales de su generación, como Hans Memling, lograron sobrevivir a una época tumultuosa en la que la furia iconoclasta destruyó una gran cantidad de imágenes y objetos sagrados asociados a la fe católica. ¿Hasta qué punto es asumible el riesgo de que sufran riesgos irreparables durante un traslado de Polonia a Los Ángeles o en el transcurso de los trabajos de restauración? Y si la obra resultante deja de ser la obra maestra que un día fue, ¿qué interés podría tener para las futuras generaciones? ¿Quién pone el límite entre la conservación de los valores estéticos e históricos y la reconstitución basada en conjeturas?

Sea cual sea tu postura, tienes opciones: si eres un contumaz defensor de la buena y justificada restauración, no te pierdas la exposición en The J. Paul Getty Museum, que permanecerá abierta al público hasta el 13 de enero del próximo año; si, en cambio, prefieres seguir las tendencias globales, no dejes de pasarte por Borja, Zaragoza, antes de que intervengan los verdaderos profesionales. Y si no quieres moverte de casa, deléitate con las sublimes obras maestras de Memling de Albert Michiels y de El Bosco de M.L. Patrizi y Virginia Pitts Rembert en ebook o versión impresa.