Monday, June 24, 2013

¿Se puede considerar a la guerra un arte?

La guerra ha sido parte de la vida del ser humano desde que las primeras poblaciones de nómadas comenzaron a asentarse alrededor de las plantaciones de trigo. El primer lugar donde este cambio se produjo, pasar de poblaciones nómadas a asentamientosagrícolas, fue Oriente Medio, concretamente la antigua ciudad de Jericó en la actual región de Cisjordania. Desde hacía tiempo, los habitantes de esta ciudad recolectaban el trigo y lo empleaban para producir muchos de los productos que conocemos hoy en día, pero progresivamenteaprendieron a domesticar las semillas para controlar la cantidad de trigo que cultivaban, llegando a producir más de lo que consumían. Esto generó celos en las poblaciones vecinas, que carecían del conocimiento o de las condiciones favorables ―agua, tierra fértil, herramientas, trigo cuyas semillas pudieran ser replantadas y animales domesticados― para reproducir este significativo avance. La ciudad de Jericó tuvo entonces que ser fortificada, aunque no pudo evitar ser conquistada y reconquistada en numerosas ocasiones. La guerra organizada y planeada, por tanto, no es más que un intento de robar al vecino para conseguir lo que no se tiene, y halla su origen hace 10.000 años, con los nómadas del desierto que atacaron Jericó para robar el superávit de cereal. Nada que ver con las teorías sobre el instinto humano auto destructivo o de supervivencia.

Piero di Cosimo, Batalla entre los lapitas y los centauros, c. 1500-1515. Óleo sobre madera, 71 x 260 cm. TheNationalGallery, Londres.
Piero di Cosimo, Batalla entre los lapitas y los centauros, c. 1500-1515. Óleo sobre madera, 71 x 260 cm. TheNationalGallery, Londres.


Desde que comenzaran estas primeras reyertas ha pasado mucho tiempo y las situaciones en que se ha producido la guerra han variado mucho. Los motivos, sin embargo, no es que hayan cambiado tanto. Siempre es por un deseo de expansión o celos por lo que se da inicio a una guerra. Incluso las guerras más cruentas y más recientes surgen de motivaciones parecidas, lo único que parece cambiar son las consecuencias, llegando a ser en algunos casos incluso positivas para el desarrollo de la sociedad o de la humanidad en general. Aunque a decir verdad, existe una ligera diferencia entre la confrontación armada que tiene consecuencias mayoritariamente negativas y la que, sin tener en cuenta las bajas humanas, tiene consecuencias beneficiosas: la primera es denominada guerra y surge del ansia de poder de los gobernantes, y la segunda suele adoptar el nombre de revolución y nace del descontento de las masas civiles.

Eugène Delacroix, La matanza de Quíos, 1824.  Óleo sobre lienzo, 419 x 354 cm. Musée du Louvre, París.
Eugène Delacroix, La matanza de Quíos, 1824.
Óleo sobre lienzo, 419 x 354 cm. Musée du Louvre, París.


Sea cual sea su forma o motivación, la guerra ha dado lugar a una gran cantidad de representaciones en el arte. Desde diversos puntos de vista, la fragilidad del vencido,la exaltación del vencedor, o simplemente la crueldad de la batalla, las guerras han servido de inspiración a los grandes maestros de la pintura y la escultura. Esto no quiere decir que la guerra sea un necesariamente un arte, aunque muchos puedan ver en la estrategia una belleza que la equipare a una de las acepciones de la palabra arte. Sir ir más lejos, el tratado chino de SunTzu sobre el asunto lleva por título «El arte de la guerra» y en él se abordan los diversos elementos que rodean a una posible contienda, aunque poniendo el acento en el intento de evitar que se produzca el cara a cara en el campo de batalla.Aunque no creo que podamos considerar la guerra un arte, está claro que su utilización como fuente de inspiración es innegable. En nuestro libro Art of War (en inglés), escrito por Victoria Charles, con el apoyo de los escritos del general chino, ofrecemos una mirada a la evolución del arte a través de los cambios ―o la ausencia de ellos― en la representación de la guerra a lo largo de los siglos.

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