Runge (sí, el de la esfera) dijo que «todo conduce necesariamente al paisaje» y no puedo estar más de acuerdo. Absolutamente todo lo que vemos es, o contiene, un paisaje, aunque a veces nos neguemos a reconocerlo con la excusa de que «no es naturaleza». Es tan importante que hasta la UNESCO recomienda su protección (cosa que no tardaremos en agradecer, viendo el camino que llevamos).
J.M.W.Turner, El valle de Ashburnham, 1816.
Acuarela sobre papel, 38 x 56,4 cm.
The British Museum, Londres.
El caso es que la Tate Britain ha organizado una exposición sobre este tema. Encuentro irónico que esta exposición esté patrocinada, precisamente, por una de las empresas que la UNESCO tacharía de amenaza al paisaje, pero eso es otra historia. En ella podemos apreciar el desarrollo del género durante los últimos 300 años, y, de paso, hacer un pequeño análisis sociológico basándonos en lo que nos dicen los cuadros (no puedo prometer que no os entren ganas de tiraros al Támesis después).
Edward Hopper, Gasolina, 1940.
Óleo sobre lienzo. 66,7 x 102,2 cm.
The Museum of Modern Art, Nueva York.
Aprovecha que empieza la primavera para darte una vuelta por Londres, acercarte a «Looking at the view» y, ya que estás, deleitarte con los paisajes de la campiña inglesa. O si prefieres quedarte en casa, que ya sabemos que Londres en primavera es lluvioso, puedes disfrutar de Landscapes, de Emile Michel.
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