Wednesday, January 2, 2013

Goya, pintor de contradicciones, y otros españoles ilustres

Hablar de Francisco de Goya y Lucientes, para mí, es como volver a casa. Siendo de donde soy (Zaragoza) Goya ha estado presente en mi vida desde mi más tierna infancia. Desde el fresco del Pilar al retrato de familia de Carlos IV pasando por los murales de la Cartuja de Aula Dei o los dibujos para la Real Fábrica de Tapices y, mucho más tarde, las estatuas de los majos que pusieron frente a la Lonja de mi ciudad natal. Creo que no me equivoco al decir que todo aragonés siente a Goya como una especie de abuelo gruñón (con permiso de Labordeta).

Image
Vicente López Portaña, El pintor Francisco de Goya, 1826.
Óleo sobre lienzo, 95,5 x 80,5 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid.


Goya fue un afrancesado ilustrado profundamente católico y quizá es esta aparente contradicción la que le ayudó a mostrar las que veía a su alrededor, plasmadas en gran cantidad de obras. O quizá fue sencillamente su condición de reformador, comulgante con el partido liberal sobre todo en materia de educación, la que le llevó a plasmar toda suerte de vicios y malas costumbres que criticaba en sus obras, en las que no perdona ni a la nobleza ni al clero. Este afán acusador se hizo aún más evidente cuando se quedó sordo, ya que su humor empeoró y dio paso a Los Caprichos. Después vino la guerra con sus horrores, que retrató fielmente. Fruto de su sordera, se le fue agriando el carácter, volviéndose huraño y asocial. Se aisló en la Quinta del Sordo y realizó sus pinturas negras. Esto fue antes de partir hacia Burdeos, harto de un rey al que no consideraba digno, y morir en el exilio.

Image
Francisco de Goya y Lucientes, El 3 de mayo en Madrid, 1814.
Óleo sobre lienzo, 268 x 347 cm.
Museo Nacional del Prado, Madrid.


Date prisa y acércate al British Museum (Londres) para contemplar las obras de grandes artistas españoles como Goya, Velázquez, Murillo,... que estarán expuestas hasta el día 6 de enero. Si no te da tiempo, siempre puedes disfrutar en casa de este libro, escrito por Jp. A. Calosse, o este otro de Sarah Carr-Gomm.

No comments:

Post a Comment