Precursor del Pop Art, basa su arte en objetos cotidianos, por lo que, siendo estadounidense, no es de extrañar que su obra esté llena de referencias a esa cultura de la que, además, no podría ser mejor ejemplo: Nacido en un hogar roto, creció con diversos miembros de su familia en varios pueblos de la costa este para finalmente mudarse a Nueva York; allí se enroló en el ejército y cuando regresó a la Gran Manzana se involucró activamente en la vida artística de los 60. Ahora vive en Connecticut y tiene una propiedad en Saint Martin.
Jasper Johns, Flag (Bandera), 1954-1955.
Encáustica, óleo y sobre tela montado en contrachapado, tres paneles, 107,3 x 153,8 cm.
Museum of Modern Art, Nueva York.
La mayoría de sus obras reproducen emblemas nacionales, especialmente banderas y mapas, lo que podría hacer que nos planteáramos si es realmente un artista o un mero nacionalista pintor de iconos (cosa de lo que, seamos sinceros, todo europeo que se precie tacha a los americanos al menos una vez en su vida. Y no hablo de lo de «pintor de iconos», aunque también). Y es que en él se juntan dos de las grandes preguntas del siglo XX ¿Es el Pop Art realmente arte o sólo una panda de libertinos que, al amparo de la mayor libertad de los 60, aprovechó para hacer fortuna riéndose de todo el resto?
Jasper Johns, Map (Mapa), 1961.
Óleo sobre lienzo, 198,2 x 314,7 cm.
Museum of Modern Art, Nueva York.
La otra, si los americanos son nacionalistas o patriotas quedará en el aire durante mucho tiempo, pero igual puedes aclarar un poco tus ideas en la exposición del Whitney Museum, de duración indefinida, o te puedes llevar a casa parte de la esencia americana con este magnífico libro.
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